De ferias, feriantes y miseria humana. Los hechos que cada semana se dan en Plaza Rocha hablan una vez más de grupos que se vinculan con el poder de diversos modos y siempre con el mismo fin: obtener ventajas del Estado a como dé lugar. Lo acontecido con los inspectores municipales en el sitio –que habían decomisado leche proveniente de Desarrollo Social- fue una nueva muestra de la violencia generalizada que estos grupos muestran hacia quienes representan la autoridad: insultos, escupidas, toda la parafernalia de gestos ofensivos y maleducados. Los medios han descrito una y otra vez que se decomisó leche de Desarrollo Social, pero lo que han omitido señalar es que al frente de la venta estaba una mujer embarazada, viejo truco y toda la justificación que acompaña el armado de una escena que siempre busca eludir responsabilidades. Que las personas que se nuclean en Plaza Rocha se auto referencien como feriantes y así se los reciba, es parte del problema: hay usurpación de espacio público, es indudable. De eso se trata y da risa, que la misma oposición que habló de “la primera represión de Arroyo” cuando al inicio de la gestión se intentó cortar esta situación, ahora exija que se dé solución al problema.
Cuadernos, empresas y relaciones. La detención de empresarios en la causa que investiga el juez Claudio Bonadío debe tener a más de uno en tensión. El que no la debe estar pasando nada bien es Patricio Gherbi, por ejemplo. De bajo perfil, logró que la empresa que creó su padre, COARCO, se una a las grandes ligas y sea clave en muchos emprendimientos de alto perfil. Hoy la compañía participa de la obra del Bajo en CABA, y sufre atrasos en pagos que ya comprometen su propio capital empresario. Encima esta situación de los cuadernos, que no es claro para dónde disparará si, como en el caso de Juan Carlos Goycochea, los involucrados se deciden a hablar.
De negocios y algo más I. Lo acontecido en Mardel con la provisión a los comedores escolares de las escuelas del distrito está destinado a ser un capítulo en el que, si se avanza, la palabra corrupción aparecerá en alta letra de molde señalando al gobierno de María Eugenia Vidal. Datos: las empresas que aparecen como proveedoras son dos: Blue Catering, que pertenece a la sociedad de Plusmar, empresa de transportes; y Resaka SRL, habitual contratista en los años de Daniel Scioli, que luego se convirtió en Angkor SRL. La otra curiosidad es que también hay actores comunes en el caso de contratos para provisión de comida en los penales bonaerenses, bajo la dirección del ministro Gustavo Ferrari.
De negocios y algo más II. En el caso de Resaka SRL, su conversión es al menos llamativa. La empresa había sido dada de baja como prestadora por la administración de Vidal, según se publicó en el Boletín; desde 2009 que proveía alimentos al Estado provincial en rubros de “servicios de viajes, alimentación, alojamiento y entretenimiento”. La compañía, que mantenía negocios millonarios con la gestión Scioli, tiene domicilio comercial en calle Rodríguez Peña Nº 1789 de Mar del Plata, donde también tenía vínculos comerciales con el exintendente Gustavo Pulti. En 2009, Resaka SRL tuvo la concesión por cuatro años de la explotación de los hoteles, bares, comedores y otros de la Unidad Turística Chapadmalal, lo que la colocó en el tapete durante ese año debido a que facturó 6 millones de pesos para recibir a gendarmes en sus instalaciones; causa aún abierta y sin resolución cierta.