Una fake con editor responsable. Fue un momento confuso. La noticia aparecía en el primer lugar del top five del multiladrey señalando que un cura había sido expulsado de un pueblo en España porque, de 22 niños nacidos el último año, 18 eran pelirrojos, y el único hombre pelirrojo del pueblo era el párroco. Minutos después de las ocho de la mañana, la noticia desaparecía, quedando sólo el título que llevaba a nada. ¿Por qué? Porque la noticia era un fake news publicada por el medio digital Haynoticia.es, que claramente dice: “Aviso legal: nuestra web es un site de humor cuyo fin es el entretenimiento. El contenido de Hay Noticia es ficción, y no se corresponde con la realidad”. Ni para cortar y pegar el multi presta atención.
Sorpresas te da la vida. Fue en el contexto del operativo de destrucción de un punto de venta de drogas. Se llegó a Mar del Plata a firmar en público la pipa de la paz con el intendente Carlos Fernando Arroyo el ministro de Seguridad Cristian Ritondo. El operativo, cubierto ampliamente por la cadena de corte y pegue, buscó demostrar que la lucha contra la droga no tiene descanso, y dio en imagen lecturas curiosas. Por detrás del ministro Ritondo, con rostro contrito se veía a un hombre alto poco conocido públicamente. ¿Quién era? Pues el fiscal de drogas Leandro Favaro, el mismo que se retrataba habitualmente junto a otros compañeros de ruta con banderas y pancartas de La Cámpora. Todo cambia; demasiado a veces.
Data impactante. Para muchos, que el periodista de Clarín y TN Julio Blanck fuera enterrado en el cementerio de La Tablada quizá fue un dato no registrable. Quien prestó atención, habrá podido advertir la condición de integrante de la comunidad judía de Blanck, cuyo apellido real era Ivnisky. Como su ex compañero en la Federación Juvenil Comunista Alfredo Leuco –cuyo apellido real es Leucovich-, Blanck también eligió cambiarse el apellido. En alguna ocasión, Blanck explicó que se inició en el periodismo en los años de la dictadura, y que el brote antisemita que se vivía lo llevó a actuar de esa manera. Eran años complejos por cierto, pero no fue una conducta generalizada. Por caso, Samuel “Chiche” Gelblung pasó por toda esa época siendo él mismo, y no le fue nada mal.
Una trama cercana. Los capítulos de la corrupción en estos pasados años parecen interminables. Material en poder de esta editorial revela una trama que vincula a Roberto Porcaro y los negociados en Necochea con Jerónimo Teti, natural de Lobería, que cultivó un expertise en obtener ROE, instrumento esencial en los negocios de granos y carnes en años en que Guillermo Moreno y Etchegaray manejaban todas las variables del comercio exterior. Teti es un personaje aún no develado con parentela en Mar del Plata -la jueza Lucrecia Bustos-. Otra historia de millones, poder e impudicia.