De vagancia y espanto I. La novedad de la decisión en Casación de requerir un nuevo juicio en el caso Lucia Pérez trajo una vez más al centro de la escena a la fiscal María Isabel Sánchez. Ocurrió en momentos en que la funcionaria, adicta a la peluquería y la manicura, debía entrar en turno. No fue la novedad del decisorio de Casación que pide (exige) un fallo con criterio de género lo que atrajo la atención sobre esta cortesana que jamás debió ser fiscal, ni cualquier otra dignidad pública, sino el alerta que lanzó, anunciando que no concurría a tomar el turno por ser un posible caso de Covid19. Finalmente, dio negativo, lo que es lógico: no hay en Sánchez nada que pueda dar positivo, ni siquiera el coronavirus.
De vagancia y espanto II. Los fiscales de provincia que llevan adelante la causa conocida como “La Liga” se han encontrado con lo evidente: que hay denuncias basadas en elementos de prueba que nunca fueron procurados debidamente. En la madeja que están desentrañando, se encontraron con una maniobra peculiar: integrantes de este apaño de vivos adquirían autos 0 km de contado. Hasta ahí, nada original. Lo original, es que el pago por el total del valor se hacía anotándolo como que el pago era sólo en concepto de seña. Así las cosas, luego se patentaba a nombre de un tercero, y se perfeccionaba una maniobra que se entiende como un potencial lavado de dinero. Los cruces con la AFIP, Arba y Rentas, traerán intensas novedades.
De desguaces y dolores de cabeza. A Gabriel Felicia ya lo empezó a afectar la marea del espinoso tema que es manejarse en el puerto de Mar del Plata. En pocas horas, dos temas le dieron dolores de cabeza. Por un lado, una carta documento con reclamos de tareas realizadas para el desguace del fresquero Charpesca 58 en los astilleros CPI. Se olvidaron del profesional que hizo el proyecto autorizado por prefectura, y hay en juego como medio millón de pesos en honorarios. El otro, un fuerte cruce por malas decisiones por parte del directorio del consorcio, en el que le niegan a TC2 espacios de uso ya concedidos. No será bota de potro, pero el puerto no es cosa fácil.
Nada es eterno. Circula en las redes (terror del poder): desde Justicia y Concordia, han publicado un libro, “El Pacto”, que describe el acuerdo Kirchner-Verbitsky para la reapertura de los juicios de lesa humanidad y el programa de colonización ideológica y material de la justicia argentina. Denuncian los atropellos a la Corte, la Cámara Federal de Casación, la transformación del Consejo de la Magistratura y el copamiento del Ministerio Público Fiscal por parte del CELS y de Justicia Legítima, con el nombramiento de 1500 empleados y la ilegal creación de cargos y nombramientos de más de 50 fiscales militantes que llevan adelante sistemáticamente juicios plagados de barbarismo jurídico. A quien le interese, el e-book esta en www.elpacto.com.ar. Fuerte y polémico.
Papelonero. Se le ocurrió nombrar a alguien a dedo, precisamente en la secretaría de Cultura, donde casi ningún jerárquico cobra por el trabajo que hace. Sólo un ciego o un necio no podía ver que el tema le iba a estallar. Encima, la información la filtran de su propio despacho, demostrando que, tras ocho meses de ocupar el cargo, aún no supo ganarse la lealtad de nadie. Capaz todavía le guardan rencor por el temita de las computadoras. La peor vergüenza, sin embargo, es el nivel de redacción de la nota, que haría sonrojar a cualquier docente de literatura de primero de la secundaria. Al papelonero, lo tuvieron que salir a desautorizar públicamente: “Es un disparate y el tema ya está terminado”, dicen que dijo otro funcionario con más autoridad que la de él.