La gente no da más I. Hace unos días se viralizó en la ciudad un video que dejó expuesto el estado de desesperación económica y las consecuencias sociales que la continuidad de las obstrucciones a la vida ciudadana están provocando. Fue tomado en las puertas de “Estación Central”, cuyos dueños tomaron la actitud de abrir con mesas en la vereda y en parte de la vía pública, para poder generar actividad. A poco de abrir, se hicieron presentes unidades de policía, lo que provocó un altercado tremendo. La gente se puso de parte de los propietarios, y se abrió una llave social que permite, hoy, que el comercio esté —al menos, en lo gastronómico— avanzando hacia la normalización de la actividad. En Inglaterra y en España, en donde los gobiernos pretenden volver a encerrar a la gente, los enfrentamientos con las fuerzas policiales están siendo tremendos. La gente no da más.
La gente no da más II. En tanto la estructura municipal no deja de crecer, ya que se están incorporando agentes a diario, hay áreas que son un verdadero papelón. En relación al pedido de informes presentado por el concejal Páez sobre la erogación de horas extras, el informe que van a presentar lo están elaborando el matrimonio de Julian Robayna y Marcela Di Meglio, los cuales, según la subsecretaria a cargo del área, María Elisa Ferrara —quien no concurre a trabajar en los horarios habituales—, son “sus personas de confianza absoluta”. Si llegara a hacerse público su tórrido romance con el secretario de Seguridad, Darío Oroquieta, harían saltar las térmicas.
Zoom, ¿y después? El ultimo hit del poder municipal fue el zoom en el que actuaron el intendente don Tristán de Monteoscuro, la ex gobernadora a la búsqueda de algo para hacer María Eugenia Vidal, el diputado Maxi Abad, y algunos terceros. Le señalan a este medio que MEV quedó muy preocupada al advertir el nivel de sarasa de Monteoscuro quien, preguntado por sus planes de trabajo, habló de las bici sendas. Bueno que lo convoquen al genio de Agustin Cinto, a quien trajeron al inicio de la gestión Arroyo para darle calidad de gestión a Mar del Plata. Ah no, cierto que fracasó mal, mejor no.
La carta. Luego de su fuerte cruce con el concejal Marcos Gutiérrez, Horacio Taccone dio a conocer una carta que, bajo el título “Tengo mucho que aprender”, señala:
“Hace 9 meses que soy concejal. Nunca había estado en un lugar así. Trabaje toda mi vida, siempre fui deportista, me recibí de abogado, presidí el EMDER y presido un club. Tengo dos hijas, dos hijos y una esposa a la que amo. Me involucre en política porque quiero aportar para mejorar la vida de los marplatenses. Pero tengo mucho que aprender. Y quiero aprender sin volverme insensible. Quiero aprender para ser mejor. Nunca me paso, como me ocurrió en la sesión del Concejo Deliberante del día de ayer, que me mientan en la cara durante 12 horas consecutivas, asegurándome que iban a votar nuestros proyectos. Se trataba de propuestas para que haya más médicos en las terapias intensivas colapsadas y para que, con protocolos de prevención, al aire libre, se puedan reactivar la gastronomía, la construcción y otras actividades para fortalecer el trabajo en esta ciudad que sufre. Sentí rabia e impotencia cuando descubrí que nos tomaban por tontos, que no iban a votar los proyectos que durante toda la jornada habían dicho que votarían. Ellos, los que nos estaban engañando, eran los que tenían los votos necesarios para que salieran nuestras propuestas. Usaron su poder (circunstancial) primero para mentir y después para obstruir. Ante la sorpresa del desengaño reaccione con bronca, me dio mucha impotencia ver que no les importa nada salvo la miserable disputa del rédito político que jamás buscan con ideas. Sólo con avivadas. Tengo mucho que aprender, pero no quiero aprender eso. Quiero aprender a soportarlos sin que nos desanimen. Quiero aprender a insistir frente a la indiferencia sin irritarme. Quiero aprender a vencer la frialdad de los especuladores sin enojarme. Tengo mucho que aprender porque quiero que la mediocridad no siga sacando partido del atraso. Ni que nos doblen el brazo a los que queremos hacer bien las cosas. También hay gente buena en el Concejo Deliberante. Pero hay muchos cínicos que tiran para abajo. Que todo el tiempo intentan su miserable tajada. A costas de lo que sea. El 26,1% de desocupación, las terapias intensivas a las que le faltan médicos, las guardias con esperas interminables, la preocupación que se ve en el cara y en la realidad de todos los marplatenses necesitan respuesta urgentes concretas, eficaces. Dicen que cuando a una persona con buenas intenciones desciende a la disputa con un mal intencionado, dos minutos después ya no se sabe cuál de los dos es el que quiere hacer las cosas bien. Ese fue mi error. Quisiera disculparme si herí la sensibilidad de algún vecino o de quien no lo merece. No fue mi intención. La lección aprendida en el día ayer es que no debo aceptar que se impongan los irresponsables, los mentirosos, los que viven mejor porque tienen un cargo, los que no trabajan para que vivan bien los que la están pasando mal”.
Será, como todo, opinable, pero apunta al meollo de la cuestión del poder en la ciudad.