El retorno. El tipo es un impresentable mayúsculo. Eso sí: como el petizo, algo tiene. Mauricio Ríos —con chequeras rechazadas por cientos, un juicio de usurpación en curso y una camioneta cuatro por cuatro de dudosa numeración— ahora está acondicionando el balneario 13 de Mogotes. Allí se lo ve con una legión de personas desarmando y armando para dar lugar, en una de las terrazas, a un amplio espacio al aire libre. Testigos en el lugar hablan de latas de pintura de exteriores a $15.000 cada una por pallets de diez. ¿Las habrá abonado con cheques? Otro interrogante. Pamela Palma —actual número uno del ente de control de Mogotes— no tiene nada que decir al respecto del desembarco de este, cuando menos, curioso personaje.
De poder y brutalidad. Dos detenidos por atacar a un joven en pleno centro de Balcarce empleando un arma de fuego. La noticia quedó reflejada en las secciones policiales del medio digital Minutobalcarce.com. Curiosamente, si se busca en el medio hoy el artículo, no está a la vista en el front page. El artículo que sí se puede encontrar es el que refleja la reunión mantenida por Cesar Trujillo, su adjunto gremial Aníbal Sosa, y el delegado local de la UOCRA, Nahuel Arévalo. Precisamente Arévalo fue uno de los detenidos, junto a Alejandro Ezequiel Paidon, el 12 de diciembre de 2020 por atacar a Agustin Nicolás Reinoso. La causa se caratuló como «portación ilegal de arma de fuego y amenazas». Si bien se consignó que habían sido trasladados al penal de Batán, tanto Arévalo como Paidon se ve que, rápidamente, salieron y circulan nuevamente por las calles de la localidad serrana. Cosas del poder.
Aniversario y nuevo estrépito. A un año del incendio del edifico de Torres & Liva —en donde, como saldo, se advierte que los damnificados no han recibido más que magras compensaciones de las compañías de seguro—, un siniestro en los galpones del Distrito Descentralizado El Gaucho destruye bienes materiales, como vehículos de transporte y trabajo. En ambos, la suerte fue graciosa, ya que no hay víctimas humanas. A Montenegro le sonríe por ahora la diosa Fortuna. Debería reflexionar, ya que sus favores rara vez son eternos.
Cruces de interés. Los concesionarios de balnearios están en el foco de atención política. Los corren por izquierda grupos ideológicos que piden playas libres en una ciudad en la que hay miles de metros cuadrados de arena de acceso público. Ahora, les ponen límites en Playa Grande, prohibiendo la música y alcohol, lo cual luce lógico en medio de la situación de pandemia y el aumento de casos Covid. Eso sí: la ley no es pareja, porque las movidas en los balnearios de Mogotes parecen fuera de control. Ahí, para decirlo en sencillo, los concejales dicen por lo bajo: “y, no podemos hacer nada, ahí manda la Campora”. Esto es porque, al frente del complejo, está Pamela Palma, quien reporta directamente a Fernanda Montoto Raverta. Debería la dirigente hacer saber de su apego o no al escenario presente.
De servicios e historias. El concejal Marcos Gutiérrez no goza de un buen momento en su carrera política. Está bajo fuego cruzado, y sus abluciones para dar el tono del grupo del Frente de Algunos Todos le trae inconvenientes. Desde su banca, se sumó al mantra “Mauricio Macri hizo espiar a los familiares de los marinos del ARA San Juan”. La respuesta vino vía un ex concejal, ex secretario de esta comuna, que le recordó que, en la banca en la que él se sienta, sí estuvo sentado un ex integrante de los servicios de inteligencia que sí espiaba a las “organizaciones”, en obvia referencia al muy protegido fiscal general de Mar del Plata, Fabián Uriel Fernández Garello, persona al respecto de la cual nunca ni Gutiérrez, ni su bloque, se han pronunciado. Hablando de la paja en el ojo ajeno.