Ruidos en Niñez, Adolescencia y Familia I. El área —que está a cargo de Adrián Lofiego— cruje por todos lados. Un texto extenso que dimos a conocer de modo acotado, proveniente de una cuenta creada a los efectos de citar de un modo determinado los hechos que se producen esa dependencia en particular, pone el foco en la cuestión de los concursos de cargo, en particular en una funcionaria, un profesional de psicología, y la fecha de uno de los concursos, colocando al gremio como el facilitador de información interna. Otra visión de los hechos, impone en las conductas del propio Lofiego los problemas de manejo de personal y de funcionalidad.
Ruidos en Niñez, Adolescencia y Familia II. En estos dimes y diretes, una fuente directa afirma que los conceptos citados por esas malas lenguas —por algo esta sección se llama así—, se contraponen con lo ocurrido en la semana pasada, en la que debía rendirse examen para los cargos pero, dadas las irregularidades y destratos, hubo un jurado que renunció, provocando la postergación del mismo. No está bueno condenar a alguien sin ver la trayectoria de 35 años en el área, nos señalan. No condenamos, ni absolvemos: citamos, en este caso, una historia que ocurre dentro de un área compleja que lejos está, de ordinario, de cumplir su cometido.
Otro perfil. Lejos de los ruidos, denuncias, acomodos o señas del funcionariado en Minoridad, en donde reina la paz es en Inspección General. Allí hay un trabajo silencioso del secretario del área, Marcelo Cardozo, que ha reencasillado a todo el personal. Un trabajo efectivo, que trajo paz a un área siempre explosiva. La ora que se viene, es un cambio en materia de habilitaciones que elevará la gestión desde un esquema propio del siglo XIX a uno digno del siglo XXI. En días se hará público, y traerá debate en el Concejo. Esperemos que prime el sentido común, ya que la tecnología ordena y evita los negocios de los vivillos.
Fallo judicial. El que se emitió a favor de Eduardo Leitao, señalando: «Haciendo lugar a la demanda y, en consecuencia, reconociendo el derecho del Sr. Eduardo Leitao a percibir un compensación por el monto equivalente a los días de licencia anual que le correspondían. En consecuencia, se condena a la Municipalidad de General Pueyrredon y al Ente Municipal de Servicio Urbanos (EMSUR) a abonarle al nombrado el importe que resulte de la liquidación que se practique con las pautas establecidas en el considerando 9.3., el que deberá abonarse dentro de los treinta días contados desde que quede firme el auto que apruebe la misma (arts. 50 inc. 1° del CCA y 163 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires)». Y señalando lo obvio: «Imponiendo las costas a los demandados por su objetiva condición de vencidas». Las costas las deberían pagar los funcionarios que, contrario a derecho, han tomado estas malas decisiones.
Poder Federal en abandono. El servicio de justicia federal en Mar del Plata, está en estado de ausencia. En el TOF, sólo queda Roberto Atilio Falcone, dado que sus compañeros de ruta se jubilaron. No hay fiscales suficientes para procurar debidamente las causas y, algunas de ellas, como la de «Lavado Total», o la causa de las jubilaciones truchas, languidecen en cajones, sin fecha cierta a la vista para que se celebren los juicios. De seguir así, todas caerán por fala de acción del propio poder judicial. Muchos títulos, escazas certezas jurídicas.