Malas lenguas 1355

De todo, como en botica. Si querés saber del ex juez subrogante, abogado de Báez y los intereses kukas, leé el central de esta edición. Si querés conocer cuán «nuevos» son para la política marplatense los libertarios de Milei, leé la columna de tapa que firma JLJ. Si querés saber la opinión de este medio sobre le regalito de los US$16 millones que nos deja Kicillof, leé la editorial. Y si vas por los datos que nadie más se atreve a publicar, seguí en esta columna.

Dueños de la pesca I. Hay dos «famiglias» que por décadas han competido entre sí y con el resto del universo pesquero: los Moscuzza y los Solimeno. A Toni Solimeno se le atribuye haber dicho, en los ’90 —en plena crisis del recurso pesquero, enfocado en ese momento en la merluza hubbsi— «si va a desaparecer la merluza, quiero pescar la última que quede». De Moscuzza sobran anécdotas, quizá lo más relevante, para hablar de su ego, es que se refiere a sí mismo como «El Pototo». Unos y otros hacen de todo para recocer la ley a su favor. Ahora, es Toni quien acudió a la justicia para que le den, para un buque recién botado, un permiso de pesca que pertenecía a otro buque, contra toda racionalidad administrativa.

Dueños de la pesca II. Como si fuera poco con los santacruceños y su «mare nostrum» de doce millas de la costa, que depredan mal el langostino en época de reproducción, ahora se suma Moscuzza con el permiso especial que le otorgó la Cámara Federal de Mar del Plata. Por curioso que parezca, el tribunal se autoarroga el saber de medio ambiente, recursos sustentables, y esfuerzo pesquero. Antes decían que todo esto se cocía en el caldero que revolvían el ex camarista Jorge Ferro y su compañero de ruta, el procurador de expedientes, Alejandro Farrarello. Salvo que su espíritu aún fluya por la diagonal Pueyrredon, es casi inexplicable el fallo de los camaristas Taza y Jiménez.

Dueños de la pesca III. Al barco «Luigi» le han dado un permiso de pesca definitivo para que funcione como congelador o fresquero, según convenga, con la consecuente maximización de las utilidades. Obvio que esta situación no favorece al recurso y le da a Chubut —con más precisión, a los dueños de la pesquería allí— excusas para seguir haciendo tropelías. A este ritmo, y ante la negativa de las prospecciones del INIDEP en la provincia sureña, Toni no va a pescar la última merluza, pero capaz sí pesca el último langostino. Anomia y relaciones impropias: una historia de nunca acabar.

Vino ella. Fue un pasar raudo por Miramar y Mar del Plata a las corridas, en una visita que trajo equívocos operativos varios. Patricia Bullrich hizo conferencia de prensa en la vereda de San Juan al 1600 por el atraso que generó el requerimiento permanente de quienes la reconocían para hablarle y darle impulso con palabras de aliento. Estuvo acompañada por Montenegro, Lombardi, Abad y otros dirigentes del sector de este último. Fue extraña la ausencia de dirigentes del PRO local. Los curiosos que pasaban por el lugar, al ver a Christian Ritondo, gritaban «¡Mirá, está Tarico!». Terminó con una mesa de café en Sugar de Luro y San Juan, todo atravesado por algunas charlas interesantes y una gran convicción de triunfo de cara a la elección nacional.