El prefecto que se adueñó de los mares I. Luis María Moreyra es prefecto naval, con competencia en seguridad marítima y portuaria, así como protección ambiental. Ha tomado una particular visión de las leyes de protección marítima ambiental aplicadas a los cruceros turísticos basadas en la protección de los mares y ha decidido, según su propio arbitrio, aplicárselas a la flota costera con base en Mar del Plata, con lo que está por provocar una crisis económica de proporciones.
El prefecto que se adueñó de los mares II. En el mundo se aplican criterios muy estrictos para la disposición de los residuos de los navíos que integran las flotas de cruceros dedicados al turismo. Por caso, las flotas europeas, en su código, señalan: «¿Qué materiales no se pueden tirar al mar? La ley es clara y en el artículo 325 del Código Penal español se establecen una serie de delitos ecológicos que están penados con cárcel. Así, se establece una lista de los principales residuos que está terminantemente prohibido arrojar al mar: restos de comida, aceites y otros residuos combustibles e hidrocarburos, aguas oleosas, otros residuos de distinto origen: vidrio, plástico, cartón, metal, etc».
El prefecto que se adueñó de los mares III. En el caso del prefecto Luis María Moreyra, ha decido tomarse del criterio de este plexo legal que señala «La única descarga que se permite realizar es la de restos de comida, aunque con restricciones: deben ser residuos orgánicos desmenuzados que no estén en el interior de bolsas de plástico y sólo cuando la embarcación se encuentre a más de 12 millas de la costa». Ergo, como la flota actúa dentro de las 12 millas, exige que haya baños y cetinas que garanticen la descarga de puerto. Es decir: quiere que el popó y el orín de los tripulantes no vayan al océano atlántico. Si el emisario submarino descarga en el mar frente a nuestras costas y está considerado seguro para el medio ambiente, ¿cómo se explica que el popó y los orines de 14 o 16 tripulantes alteren los ecosistemas en la plataforma continental? Caprichos de burócrata que está a días de dejar sin capturas a la flota y sin trabajo en tierra a la industria de Mar del Plata.
Movidas en campaña. Llegó el endeudador serial a Mar del Plata a mentir una vez más. El deforestado de Axel venía de confundir a Leopoldo Moreau con Ricardo Alfonsín en un acto vergonzoso en La Plata junto a los ex radicales hoy kirchneristas y se despachó con la fábula de un nuevo hospital para la ciudad. Ni hablar del daño que le ha hecho al país con su obcecada y fraudulenta conducta con el proceso de estatización de YPF. Todos los funcionarios del ejecutivo están timbrando casa por casa para saber de primera mano qué piensa el vecino, qué pide y qué espera que ocurra en el próximo gobierno comunal, sin sorpresas: limpieza, arreglo de calles y obvio, en primer lugar, la seguridad. Como le dijo uno a este medio: «tanto patear la calle para recibir por respuesta lo obvio».