
De un mundial y la gente. El Mundial de Clubes que se juega en Estados Unidos puso otra vez la argentinidad al palo en todo el mundo: increíbles, las hinchadas se destacan por sobre el resto, sea donde sea y abren un universo de admiración y ansias por conocer el país que superan a cualquier campaña que se pueda imaginar. Hay que valorar esta mirada de los otros sobre nosotros.
Del mundial y los otros. Desde el mundial de fútbol que Argentina campeonó, se dio una corriente hacia nuestro país que ni los gobiernos ni la diatriba interna logra modificar: la idea de una sociedad en la que la gente se saluda con un abrazo y un beso aparece en la mirada de los otros como un valor social digno de ser imitado. Obvio, los argentinos sabemos que, de todo esto, hay otra cara.
La otra cara. La da el hecho —por caso— de la oposición de un country a que en el mismo radique domicilio Rafael Di Zeo, «el Rafa», líder de la barra brava de Boca, que difícilmente pueda explicar cómo tiene la capacidad económica —los dólares, digamos— que se necesita para comprar una propiedad ubicada en country Abril Club de Campo. Los vecinos juntan firmas para oponerse.
De muertos y caranchismo político I. La muerte de un niño en circunstancias que aún no han sido posibles de establecer jurídicamente, es el motivo de la diatriba política de la semana. La concejal de los accionistas marplatenses salió hablar de una muerte por negligencia en el CAPS al que concurrió la familia, en estado de shock. Según defienden los curules del PRO, la atención fue correcta, el móvil del SAME llegó en tiempo y forma, y el niño aún estaba con vida al llegar al Materno, en donde falleció pese al empeño de los médicos.
De muertos y caranchismo político II. Los CAPS han caído muchísimo en su estructura de atención. El área de Salud municipal está a la deriva y nadie se hace cargo. Eso es un hecho, y desde este medio ponemos énfasis en que el tema en cuestión sea de valor en la discusión pública. Obvio es que también entendemos, desde hace años, que urge cambiar la dirección del área. Eso es objetivo. Se sostiene en los hechos. De ahí, a decir cualquier cosa, o mentir, hay un camino enorme.
De motos, picadas y anomia. Tal como se señala en la columna que firma el director de este medio, la anomia impera en la cultura argentina. Las corridas de motos a modo de juntadas se llevan la vida de un chico de 18 años. Hay siete heridos, de los cuales seis no tienen carnet de conducir. El secretario del gremio de motoqueros que trabajan para las apps de delivery se queja: «no cortan las juntadas y nos sacan la moto por una luz de giro que falta». Un tema para debate que parece ser que no hay desgracia que le ponga punto final.