Notable y acertado. Lo que acontece en la Escuela Técnica Nº 5 de Mar del Plata, donde se lleva adelante un interesante proyecto comunitario. Según relata el profesor Alejandro Gidoni, trabaja junto a sus alumnos en la señalética vertical para el barrio Los Pinares, y también realizan los carteles interiores para los centros de Salud N°1 y N°2. Las señales con el nombre y la altura de las calles tienen un costo de 30 pesos, un precio sensiblemente inferior a los 1.900 por unidad que va a pagar la Municipalidad de General Pueyrredón.
Excusas I. Las que dan a diario los integrantes de Acción Marplatense para justificar la pésima temporada estival. El titular del EMDER, Pablo Fernández Abdala, asevera que en el caso de los teatros, la explicación radica en que el éxito del verano es de Flavio Mendoza en Carlos Paz. En esa teoría, si Mendoza llevase adelante su espectáculo en Mar del Plata, todo estaría bien o muy bien. Difícil de creer, tanto como la teoría de que la declinación no es una cuestión de oferta, sino del cambio de calidad en la demanda. Como si una cosa estuviera separada de la otra. Siempre pateando la pelota afuera, para no hacerse cargo de la parte que nos toca.
Excusas II. Todo lo que se diga no puede tapar la realidad. Carteristas por doquier, en colectivos, espectáculos públicos, salida de cines y restaurantes, trapitos, limpiavidrios… En un solo día hay que contar por dos los muertos, acuchillados, secuestros virtuales, entraderas.
En artículo publicado por el diario La Nación, el corresponsal a cargo asegura que en Mar del Plata se han instalado 180 cámaras de seguridad. Tanto mienten, que un corresponsal con experiencia se confunde y relata que hay ciento ochenta, en donde sólo y cuando mucho están instaladas y funcionando unas treinta.
Sobre turismo. Vecinos marplatenses hablan de lo que aprecian en sus viajes a Chile o a la Patagonia argentina. Limpieza, buenos precios, gente de trato agradable, cuestiones básicas que por aquí parecen haberse perdido.
Datos a tener en cuenta en Mar del Plata: ocupación hotelera, en promedio real de lunes a jueves, menos del treinta por ciento. Ocupación al ochenta por ciento sólo fines de semana, y no todos. Las mentiras de Perogrullo/Cospelito empiezan a empujarle el agua a nivel del cuello. Lástima que con él, todos tendremos la nariz en zona de riesgo.