Impactos I. Se puede debatir mucho sobre qué tipo de policía hace falta para obtener mayor seguridad. A diario se escuchan reclamos de cambio en las leyes penales, pero hasta el momento, nada parece ser suficiente para el propósito de una vida mejor y más segura en democracia. Un ejemplo que ponemos a consideración de todos (y todas) tiene que ver con el impacto que provocó en el Facebook de Noticias & Protagonistas radio la foto en que Tomás Pavón se auto registró, junto a un amigo suyo de nombre Paulino, portando un arma en la cintura. Tomás, o “Tomasito”, como le dicen en la escuela a la que concurren, entró en pánico al advertir que un lector u oyente hizo llegar la foto a este medio, lo que provocó un registro de gente que enardecida profería amenazas variopintas, que pedía justicia urgente y de cualquier modo, adjudicándole al dúo hechos recientes de absoluta violencia.
Impactos II. Tomás se fugó de su hogar, alucinado por el tenor de los comentarios que la gente de esta ciudad y otros puntos del país subían a Facebook, en los que se reclamaba no sólo justicia por mano propia sino que expresan un lenguaje de odio y ferocidad racial espeluznante. 55.468 personas ya han visto la imagen en Facebook, imagen que al ser replicada por distintas personas, deja la advertencia de que ambos se mueven en moto, que circulan por la zona de Vértiz y Polonia, en la zona de Bosque Grande, donde se dedicarían a vandalizar las calles. Quien subió originalmente la foto atribuía a Tomás haber asesinado a un remisero. En rigor de precisión, el asesinato lo cometió un hermano suyo de 17 años. Debería servir de advertencia a las autoridades de qué grave es la situación que la justicia “garanticida” está provocando en la sociedad que, indefensa, gira hacia el peor de los mundos posibles.
Trata y facilitación. La cuestión de la trata de personas está que arde en Argentina. Instalado por el colectivo “La Alameda”, el tema es hoy por hoy una exclusividad en materia de acción judicial, desplazando incluso a lo que pueda tener que ver con el tráfico de drogas. Esta semana, el tema impactó directamente en la interna radical. En Tandil, un procedimiento policial/judicial allanó el bar y pool “Ekeko”, propiedad de la familia del senador radical Carlos Fernández. Fernández intenta despegarse del caso aduciendo que es de su familia, pero que él no sabe nada ni tiene relación con el negocio. Sin embargo, el nombre del local lo vincula directamente al local, ya que éste lleva la denominación con que el hombre es conocido en Tandil. El caso dio de lleno en la Quinta Sección electoral, y puede abrir camino a cambios fuertes en la formación de las listas para el próximo comicio.
Allí nos veremos. En una movida impulsada por el Consejo de Protección de los Derechos del Niño local, se denuncia a este medio por exponer a un joven (¿niño?) que es parte de una controversia en el ámbito del Colegio Nacional Arturo Ilia. La denuncia en cuestión, una parrafada política clásica de los aprietes a la prensa que hoy están tan en boga, pretende que este medio estaría buscando estigmatizar al joven en cuestión, y sostiene que: “… se trata de renovar un capítulo lamentable de nuestra historia institucional donde jóvenes y adolescentes eran juzgados como infractores a la normalidad por poseer ideas, trabajar por ellas y construirse como ciudadanos a la par que construían ciudadanía”. Es tan absurda la denuncia, replicada por los medios adictos al corte y pegue de gacetillas del poder, que da pena. Si quieren debatir en la justicia, que es el sitio natural donde dirimir esta clase de desacuerdos, allí nos veremos.