Previsible y aburrido I. Según sostiene ICEPCI, el aumento de la canasta básica en 2013 llegó al 34,5% en la variación interanual. Señala este estudio que los precios “cuidados” del Gobierno están por debajo del precio relevado en los barrios del conurbano bonaerense. No obstante, el único precio que conmueve a parte de la clase política de nuestra ciudad es la tarifa del transporte público de pasajeros. El voto negativo del FPV, la actitud de los pequeños grupos que cortaron la vía pública, incendiaron contenedores y apedrearon el Concejo con riesgo de vida para los allí presentes, son un ejemplo de tilinguearía política. No parece conmover o mover políticamente a nadie el aumento del precio del pan, la leche, las frutas u hortalizas, insumos también indispensables de la vida. Sólo el precio del boleto, uno regulado, que se ajusta anualmente hace ya un lustro por debajo del promedio de inflación. Cuando creen que se ocupan de la gente, en verdad la están ignorando.
Previsible y aburrido II. El que salió a criticar el aumento del boleto con comunicado y todo fue el diputado provincial Pablo Farías, un campeón a la hora de la nada misma. Farías denuncia el aumento del boleto desde su pertenencia al FAP, que no tiene hoy representación en el Concejo Deliberante. Debería mirar antes que nada qué ocurre en este tema en Rosario, por caso, ciudad emblemática para su facción: en esa ciudad, ya en diciembre el boleto se pagaba a razón de $3,20 por viaje y, según los medios rosarinos, se viene otro aumento para marzo. Esto que pasa es la consecuencia de un proceso desbordado de inflación que se come el bolsillo de la gente y la deja desguarnecida, ninguna otra cosa. Si los dirigentes tan preocupados por lo social como Farías quieren que algo cambie, deberían ir al hueso de la cuestión. Pero no, van siempre al mismo lugar, a la superficie, el sitio por definición del protagonismo mediático sin ningún esfuerzo en serio por encontrarle la solución al problema.
Previsible y aburrido III. El ataque al palacio deliberativo es ya un clásico de mal gusto en cada ocasión en que se trata el ajuste del precio del boleto. Esta vez faltaron algunos de los que más daño han hecho por años, como es el caso de la agrupación Atahualpa, hoy favorecida con fondos públicos que GAP/Perogrullo/Cospelito les mete generosamente en el bolsillo para tenerlos calladitos y conformes. Otros como “Jóvenes al frente” envían mujeres y niños, o la agrupación peronista “Descamisados”, que pretende instalar la idea de una cacería en el centro de la ciudad. Todos apelan a consignas, nadie da la cara y se mueven en un curioso mundo de sombras que no se justifica en democracia.
De veranito por la playa… andan todos nuestros políticos. Scioli, Mariotto (¿alguien lo vio a Diego Garciarena?), que se saca fotos con Pulti y dice “pasamos del barro al asfalto”; Massa, que hace más de lo mismo y organiza partidos de fútbol en Mogotes, territorio de la provincia, un escenario que habla más del acuerdo Massa/Scioli que cualquier columna política. Todo un show falto de originalidad, que muestra ningún apego a trabajar en los problemas reales de la comunidad.