Malas lenguas 876

Camioneros I. En la esquina de Bolívar y La Rioja funciona ADECCO, empresa de empleos eventuales. Desde hace una semana que acampa allí la patota de Camioneros con bombos, despliegue de carteles, quemando gomas y metiendo batifondo para que les paguen las indemnizaciones de compañeros despedidos de la embotelladora de Pepsi. Una parada más de tipo apriete que acostumbra el gremio que cree que la ley y el derecho son una vía de única mano. ADECCO es una empresa dedicada a proveer trabajadores eventuales, con un régimen propio, como la ley de empleo eventual establece. La presión de Camioneros es por el atrevimiento de ADECCO de contratar con una empresa que consideran coto del gremio.

Camioneros II. Allá por mayo de 2010, un artículo firmado por Luis Ceriotto en el diario Clarín revelaba que “en febrero de 2009, a través de una nota firmada por Pablo Moyano (hijo del titular de la CGT Hugo Moyano), el Sindicato de Camioneros advirtió a los correos privados y a las empresas de logística que “la mayoría” de las empresas de personal eventual no cumplían con las normas laborales, “salvo algunas excepciones”. A renglón, seguido, Moyano mencionaba las empresas que están al día con los reclamos sindicales: Guía Laboral, Suministra, Gestión Laboral y Cleverman. ¿Y el resto? Camioneros no se anduvo con vueltas. “Les solicitamos expresamente la NO CONTRATACION (en mayúsculas en el original) de Empresas de Servicios Eventuales que no den estricto cumplimiento a las normas laborales y convencionales vigentes, única forma de evitar indeseados conflictos laborales”. Tal como denunció en este medio y en declaraciones a la 99.9 Ramón “Toto” Lorenzo, Guía Laboral y Gestión Laboral son empresas de los Moyano. Obviamente, ADECCO no está en la lista de interés de los Moyano, que le aplican el correctivo de la violencia ejercida sin tapujos, aupados, entre otros, por el intendente Pulti, que les provee personal municipal para cortar calles adyacentes durante toda la jornada.

A los tiros. Fueron varios los que se erizaron al advertir los disparos que partían de un Toyota Corolla hacia un Twingo en la costa de Mar del Plata, entre Rodríguez Peña y Castelli. Se trató de un episodio confuso que distintos medios de la ciudad han evitado cubrir. El tema fue cubierto por la 99.9 en entrevistas a Gabriela Cabrera y al fiscal Fernando Castro, en la idea de procurar los detalles de esta historia que apunta a Rodolfo Usuna, yerno de Luis Rubén Venturino. Tal como describe Gabriela Cabrera, mamá de uno de los jóvenes que viajaban a bordo del Twingo, el Corolla del que salieron los disparos, identificado por testigos de la balacera por su patente, está a nombre de Rosa Venturino y es conducido habitualmente por Usuna, quien posee cédula azul del mismo. En el allanamiento a la casa familiar, no se halló el arma de fuego utilizada, y resultó sorprendente que estuviera presente en el mismo Fernando Villaverde. No debería llamar la atención, porque ambos comparten andanzas y quizá negocios. Lo que sí llamó la atención en la fiscalía actuante es que Usuna se presentara con Villaverde, por lo cual allí le indicaron que se hiciera representar por un abogado. Buscando consejo legal se lo vio a Villaverde, café por medio, en Café Martínez de San Lorenzo y Olavarría este sábado próximo pasado, en compañía del abogado Alfonso Basso. Basso no es penalista, pero como docente de Derecho, seguramente un consejo sensato le podrá dar. Les hace falta.