Malas lenguas 892

Marx (Groucho) dixit. El bloque del Frente Renovador estaba, hasta la mañana del viernes, en la postura conjunta con el Bloque Atlántico y la UCR de no votar la ordenanza que daría luz a la falacia de “la policía municipal”. Era una cuestión de principios: tenían unos, pero rápidamente adoptaron otros que les habilitaron a votar con Pulti y el bloque del FPV. Pelito para la vieja dolorense. El abogado Juan Aicega, del PRO, luego de criticar la norma señalando que “nada que acuerden Pulti, Garivoto y Faroni puede funcionar”, viró a “ojalá que tengan los mismos resultados que la metropolitana de Macri”. Además de la incoherencia, es imposible equiparar una experiencia con la otra, porque esta charada marplatense nada tiene que ver con constituir una política en serio al respecto de la inseguridad.

Acuerdos y expectativas. Volvió, pero a diferencia de Evita, no en millones de voluntades. Volvió al espectro marginal de la comunicación en MDP para agraviar a sus correligionarios, a los que detesta y acusa de su mala partida de la política local. Daniel Víctor Katz Jora selló un pacto entre bambalinas con Sergio Massa. El tigrense corre de un lado a otro ofreciendo la candidatura a intendente de la ciudad. Antes de definirse públicamente por Javier Faroni, conversó largo con el ex intendente de esta comunidad y obtuvo un “mirá, intendente nuevamente no; pero me comprometo a acompañar en todo la candidatura de Javier”. Gente de Güemes, que se ve en los cafés, se reconoce de la zona y los sitios de habitual, se siente parte y total. En fin, cuestión de clase… ¿viste?

Un viaje incómodo. Era lunes, vuelo de la mañana a Capital Federal. Despejada la incógnita de siempre -¿sale el vuelo?, ¿no sale?-, los pasajeros se encaminan hacia la aeronave. Allí, intempestivamente, conforme a su estilo harto conocido, el brigantino coruñés lo encaró al dueño de Open Sports, Marcelo Cardellino, espetándole: “A usted no lo veo interesado en un local en MI shopping” (léase el nuevo shopping en construcción en la vieja terminal de ómnnibus, del cual Aldrey y socios aún no pagan los derechos de gestión ambiental). Cardellino, quien no es habitué de la relación con Florencio, rápido para salir del paso, soltó: “Y, ahí está su socio, que es mi competidor” -es decir Alejandro Rossi, dueño de Rossi & Rossi, el capitalista del emprendimiento-. Don Flo, ni lerdo ni perezoso para los negocios, retrucó: “Pero hombre, ¡qué socio ni qué socio! Yo soy el dueño. Usted venga a verme a mí”. Un clásico de los negocios de la aldea.

Sobre crímenes y reproches. Por increíble que parezca, los sentidos alterados del pensamiento garanticida se lanzaron esta semana en contra de la titular del Consejo Escolar Claudia Píccolo. Píccolo fue asaltada en la puerta de su casa, golpeada y robada. Subió a Facebook una imagen de un joven al que el barrio le imputa ser su azote. Salieron a despedazarla un consejo local de promoción y protección de los derechos del niño y de la niña, y el SUTEBA. El consejo de marras es un ente extraño: existe en comunicados que únicamente remiten a menores que cometen delitos. No existe su trabajo respecto de aquellos menores que pululan en la calle, viven de la basura o la pasan muy mal en manos de depredadores urbanos. Píccolo, como buena radical, avanza un paso y retrocede tres: se disculpó, dijo que entró en pánico y por eso subió la foto al Face. Los radicales, en vez de apoyarla por el momento vivido, se callaron bien calladitos la boca. Tampoco dijeron ni pío de la barbaridad que significa el asesinato de Víctor Anesi, 74 años, militante político de toda una vida. Es obvio que hay estados alterados. Como dijera esta semana en la 99.9 el consejero de la Magistratura Alejandro Fargosi,”pagaremos por años la prédica del doctor Zaffaroni en las aulas de Derecho de toda la República Argentina”. Y sí, obvio que así es.