Malas lenguas 893

Gente que jode gente I. El Gobierno nacional lanzó el plan Pocreauto, herramienta para dinamizar la industria de ese sector, que este año la está pasando muy mal. Ante tremendo anuncio, de alto perfil mediático y político, ciudadanos de buena fe corrieron al Banco Nación a gestionar su crédito subsidiado para acceder al cero kilómetro. Todo maravilloso. Hasta que la realidad dice una vez más que cuando la limosna es grande, es bueno que hasta el santo desconfíe. Y aquí hay una historia que no involucra santos, pero sí a vecinos, contribuyentes, ciudadanos, gente de a pie estafada en su buena fe. Así lo contó Carlos en la 99.9, en relación a su intento de acceder a un cero kilómetro por medio de Bellchamp, concesionaria oficial Peugeot Mar del Plata. Una historia mínima, que si toca padecerla es máxima.

Gente que jode gente II. Bellchamp es una firma que arrastra historias de malos modos con el cliente. Sin embargo, esto es diferente, ya que aquí hay una estafa grave. Carlos, tal como relató, fue al Banco Nación, donde calificó para el crédito de marras; concurrió a Bellchamp y dio inicio al trámite. Vendió su auto -seguramente, por cómo está el mercado, a no muy buen precio-, y le requirió a la concesionaria Peugeot que le diera los certificados de fábrica para poder acceder al crédito y pagar el vehículo. Claro que sorpresas te da la vida: pasó el tiempo, se sucedieron los días y los papeles no aparecen. Carlos finalmente reclamó airadamente, y le dijeron que hasta marzo de 2105 no habría papeles. Y nadie da la cara. Queremos ayudar, así que aquí van los datos del presidente de Bellchamp: Juan Andrés Bonelli, 38 años, argentino, casado, domiciliado en Mar del Plata. Debería dar la cara y resolver esta enojosa cuestión.

Proceso y dolor. En la fiscalía de la doctora Andrea Gómez, manejaron la cuestión con prudencia y sensibilidad. Luego de varios intentos por llamar a la cordura a los padres de Yésica Parra, joven fallecida en un accidente de tránsito, finalmente debieron imponerles a sus padres un procesamiento (Art. 308 CPP) por amedrentamiento, amenazas, injurias y calumnias a la familia de Víctor Materia, padre de Julián Materia, quien manejaba la camioneta invlucrada en el accidente, junto con la moto en la que Yésica viajaba de acompañante. La madre de Yésica, Elizabeth Ponzo, se negó a declarar; el padre, Gustavo Parra, hizo su descargo, y si bien no fue muy directo, dio a entender que la campaña en las redes sociales y las marchas tenían el aval del fiscal Pablo Cistoldi, al que, por otra parte, insultan a diario en las páginas dedicadas a reclamar justicia por Yésica.

Proceso y dolor II. Las pericias revelan que Patricio Piccoli, el conductor de la moto que llevaba a Yésica de acompañante, se adelantó a la camioneta conducida por Julián Materia, que no venía a velocidad excesiva ni fuera de control. El propio Piccoli reconoce que marró la maniobra. Ni Piccoli ni Parra llevaban casco, elemento esencial en la circulación en dos ruedas; en tanto que ambos, Materia y Piccoli, dieron positivo al consumo de alcohol y marihuana. La pericia de parte de la familia demandante (Parra) ha establecido que la camioneta de Materia ocupó un rol periférico en el triste evento. Habiéndose establecido el punto, el odio social que reflejan algunos  aportes en las redes abren cuestionamientos e interrogantes sobre qué es, además de la provisión de justicia, lo que se está demandando exactamente.