La antigua rima infantil bien lo dice: “Antón, Antón, Antón Pirulero / cada cual, cada cual atiende su juego / y el que no, y el que no, una prenda tendrá”. ¿Tendrá, seguro? Porque no parecería que siempre hubiera prenda para el que no atiende su juego.
Hablo del capítulo del CEMA en la ciudad, que ya ingresa en la categoría de lo bizarro. Luego de la operación de prensa de corte y pegue en la que el Nº 2 del área de Salud municipal, Alejandro Cristaldi, intentara negar la existencia de problemas en dicho establecimiento generados por el paso de las formaciones férreas a Miramar, su superior directo, Alejandro Ferro, reconoció ante los concejales de la Comisión de Salud que no sabían cómo solucionar el problema de descalibración del sensible equipo médico allí instalado.
El CEMA se hizo como todo, caprichosamente; “una genialidad de Pulti” dijo estentóreamente otro Alejandro, esta vez Collia, ministro de Salud de la Provincia, fiel custodio de un presupuesto magro hoy reducido a su mínima expresión. A valores constantes, el presupuesto de salud de la Provincia resulta paupérrimo y no alcanza para el mantenimiento mínimo del sistema hospitalario.
El CEMA no le va a la zaga y suma deméritos fuertes. Y vaya si lo es que GAP y Ferro se atribuyan la idea de haber creado el centro de oncología que funciona en el CEMA. Pulti suele euforizarse diciéndose “fundacional”, pero resulta que la idea de un centro de oncología municipal orientado a aquellos que padecen cáncer y no tienen acceso a un centro de salud privado, surgió del doctor Alberto Algamiz, pionero de la práctica oncológica en la ciudad con vasta trayectoria en ambos hospitales públicos.
En un ejemplo más de cómo actúan impunemente ante la opinión pública por medio de diarios y páginas web que cortan y pegan gacetillas a diario, vaya la respuesta de Pulti al granizo caído en la ciudad en mangas de particular virulencia destructiva.
Ante la magnitud del meteoro que golpeó impiadosamente viviendas, autos y personas -afortunadamente sin consecuencias físicas de destacar- GAP organizó una charla con meteorólogos sugiriendo que la reunión provea respuesta a la comunidad. Una propuesta alocada, ridícula, con párrafos increíbles, tal como surge de lo expresado por Javier Merlo: “Se trató de una interesante reunión de trabajo. La presencia de la autoridad del SMN sirvió para traer tranquilidad al ciudadano marplatense tras el fenómeno tan extraño que sufrimos el último domingo y que ya ha sido pasado a estudio para ser analizado”. La autoridad en cuestión es Claudia Competella, gerente de Servicios a la Comunidad del Servicio Meteorológico Nacional. ¿Puede la señora haber traído tranquilidad a la ciudadanía? ¿Quién es Competella? Veamos: licenciada en Ciencias Meteorológicas en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Posgrado: Doctorado en Ciencias de la Atmósfera (UBA).
Ah. Interesante. Y esta señora, además de decir el pronóstico con algún rigor el tiempo, ¿podrá desviar meteoros o poner el dinero en prevención o simplemente arreglar lo que se rompió? No parece ser parte de sus atributos académicos. Entonces, que alguien me explique qué dice cuando habla de tranquilidad.