Se inició, luego de las elecciones de octubre, un tiempo diferente en la vida pública argentina. Estamos en tiempo de descuento, y los que perdieron el partido no hallan el modo de descontar lo perdido.
Los accionistas marplatenses no se notifican de que su legitimidad política feneció en esas elecciones y que deben, sensatamente, respetar la decisión de las mayorías y apañarse a negociar con el Concejo Deliberante electo qué decisiones tomar para bien de la comunidad. Gustavo Arnaldo Pulti está tan al final del camino, tan fuera ya de tiempo y espacio, que no atina siquiera a copiar gestos de terceros, algo que siempre hizo relativamente bien.
El gobernador Daniel Scioli dio marcha atrás con el aumento del 18% en el inmobiliario bonaerense, al tiempo que reclamó que aquellos que se manifiestan en contra de estos aumentos sean coherentes y no aumenten las tasas municipales. Acción Marplatense, ya sin legitimidad política, levantó la mano para aplicarles a los marplatenses un aumento general en el ABL del 24%.
El jefe de Gabinete de ministros de la Nación, Jorge Milton Capitanich, dio la orden de no avanzar con la votación del nuevo Código Civil hasta que asuma el nuevo Parlamento fruto del voto popular en diciembre, y llevar así una decisión clave para la sociedad argentina a término con toda la legitimidad que una ley merece.
Gustavo Arnaldo Pulti empujó a su bancada a votar el acuerdo con el Club Unión, cediendo así tierras que, según los herederos legítimos de Juan Pedro Camet, tienen destino afectado y no se pueden dar a terceros, por más que se tengan los votos para llevar adelante la ordenanza, tal como se lo ha hecho esta semana.
Y como si no hubiese nada que resolver, Pulti insiste en entrometerse en la interna del PJ local, ahora para disputar la presidencia de dicha organización partidaria. Es un interrogante cuántos recursos más se estarán desviando hacia ese propósito.
Todo este escenario se da cuando hay tantas asignaturas pendientes que ni la Davis ni Stravaganza podrán tapar. Tal como se ha dicho, el inicio del ciclo escolar 2014 requiere en el partido de Gral. Pueyrredón 30 aulas más de las que están disponibles. La consejera Claudia Píccolo, quien se entiende presidirá el Consejo Escolar a partir de noviembre, viene señalando que Pulti desvía los recursos del fondo sojero afectados a educación para otros fines. Fueron 18 millones en 2013, que si se hubieran aplicado correctamente habrían dado solución a este auténtico problema de infraestructura que será un motivo más de desaliento, en particular para los sectores más vulnerables de la sociedad a la hora de recibir este servicio básico y vital de la dignidad humana.
Todo se va en anuncios. En un acto realizado en nuestra ciudad junto al titular de la ANSeS Diego Bossio, Pulti anunció que la comuna pondrá a disposición terrenos para ser loteados, lo que permitirá paliar la falta de tierras para construir las viviendas mediante créditos del plan Procrear. ¿Terrenos a disposición?, ¿cuáles?, ¿en qué sector de la ciudad? Terrenos que tengan factibilidad hidráulica, que cuenten con servicios…, suena raro, parece estructuralmente difícil. Si no fuera porque la campaña electoral ya pasó, cualquiera diría que huele a anuncio de campaña.
Es increíble, pero hacia el final de su gestión, Pulti sigue como el violinista del Titanic, tocando su triste partitura acompañado por sus acólitos que le siguen susurrando al oído “¡grande Gustavo, vos sí que lo podés todo”. Podrá irse, y eso sí que será todo.