Un gobierno de aspirantes a jubilarse. El caso de Viviana Bernabei, la secretaria de Salud, no es menos: sin política de gestión, han devastado el SAME, y no hay respuestas para la sociedad, que es lo que cuenta. Al respecto del calamitoso estado de las cosas en el Sistema de Atención Medica de Emergencia, dimos detalles en la edición anterior.
El concejal integrante del Movimiento Evita, Roberto Gandolfi, quien a su vez integra la Comisión de Salud del HCD, criticó fuertemente a Bernabei frente a los datos estadísticos de las prestaciones de salud en el partido de General Pueyrredón. Ante esto, la funcionaria se defendió diciendo «me enoja cuando Gandolfi dice que soy cínica». Quizás tiene razón, y en vez de «cínica», habría que emplear el término «hipócrita», ya que es una hipocresía rampante que se niegue que los cambios que se implementaron en el sistema destruyeron al SAME. Lejos de eso, Bernabei aseguró en una publinota radial: «Yo puedo discutir mano a mano con quien quiera sobre las condiciones laborales que mejoramos para los trabajadores del SAME. El que se queja lo hace porque está más lleno de cuando llegamos»”.
Eso se debe a que reemplazaron el sistema de locación de obra que permitía brindar servicios de 12 horas por 48, y permitía tener tripulaciones completas con médicos en todas las ambulancias y los CAPS, por el sistema de administración municipal, que está diseñado sólo para concurrir… trabajar, es otro precio.
Hay una larga y muy mala costumbre entre los empleados y funcionarios municipales: si no hay horas extras, no hay prestación real de servicio. De las diez ambulancias que se recibieron por parte de la gestión anterior, nueve estaban perfectamente operativas, con todo el personal necesario. Hoy, funcionan cuatro… y hay que ver si pasan la VTV.
Haber puesto al personal médico bajo el régimen municipal llevó a que no hubiera médicos ni en Navidad, ni en Año Nuevo, y que los fines de semana, las ambulancias funcionen sólo con dos enfermeros. Así es como está la cosa.
Lo de Gandolfi es tanto o más patético aún que negar los problemas que existen o pensar que, al callarlos por acuerdos mediáticos, éstos dejan de existir. Porque —cito al curul— hay sobre él una mancha oscura, que todos en la dirigencia conocen, y que callan: es su forma de relacionarse desde el lugar de poder que ostenta, y cómo percibe beneficios gracias a los manejo que hace el ministerio de Acción Social. Sobre esto, hay silencio por parte de las tropas feministas. El abuso, siempre lo comenten los otros.
Bernabei dijo también que «Este es un año electoral y nos tenemos que preparar para que nos tiren desde donde sea. No me cabe duda. Le van a pegar al que mas esté fortalecido dentro de nuestro espacio». Bibiana Bernabei llegó al cargo por pedido de María Eugenia Vidal, no porque perteneciera «al espacio». La crítica no es política, es de capacidad funcional.
La salud debería ser un elemento clave de una gestión comprometida con la sociedad. No son las palabras, son los hechos los que dan lugar a la crítica razonada desde los elementos de análisis que están a la vista.
La suerte no es eterna. El día que se termine, lo van a lamentar.