Boldt, mi nombre es Boldt

Dicen que, para que aparezca el dueño, hay que pegarle al chancho. Hay otra, que es muy buena, y que es como lo hace el hombre que maneja los hilos del poder en la comuna: tirarles a los perros un dueño de fantasía, para ocultar al verdadero dueño del chancho.

Desde el año 2022, diversos funcionarios municipales me fatigan la oreja con el tema de que Montenegro tiene la intención de privatizar el estacionamiento medido. A tento, que me han proveído de planillas con los montos que recauda el sistema ya sea por día, por mes, o por año. Mi respuesta, siempre fue la misma: esperemos a que ocurra.

El tema está en curso, pero en medio de una maniobra de distracción que le atribuye el intento a empresarios que, en realidad, no tienen nada que ver. Como en el experimento de Pavlov, lanzado el estímulo, se empezaron a ver las respuestas. Para el registro: los están haciendo orinar afuera del tarro.

Hay un solo nombre real: Jorge Pérez. Boldt es una empresa creada por Antonio Tabanelli, hoy dirigida por sus hijos Rosana Beatriz Martina y Antonio Eduardo. De larga relación con el poder, sus vínculos han atravesado toda la política argentina, en especial la de CABA y la provincia de Buenos Aires.

Boldt hace rato que dejó de ser una empresa dedicada exclusivamente al juego, ya sea presencial, u online. Desde la asunción de los herederos, amplió su cartabón formando una segunda estructura de negocios, sobre lo cual informa el medio I-Profesional: «esta  nueva estructura  se dedicaría al desarrollo de negocios de vigilancia vial, prestando, entre otros, los servicios de procesamiento de multas; operación, mantenimiento y mejoras de sistemas de administración de infracciones y sistemas de peaje; servicios para estaciones de control de tránsito pesado; servicios de detección automático de flujo de circulación vehicular e infracciones. También a servicios de mantenimiento integral de cámaras de video para sistemas de vigilancia vial».

Jorge Pérez es el nexo de este capítulo, que busca abordar un negocio crítico que en Mar del Plata tiene una ingrata historia. De íntima relación con Ladrey, Pérez hace de consigliere y allana los caminos, todo bajo el predicamente del gárrulo galáico que solía decir «ió te garantizo el intendente y los concejales». Quiero ver hasta dónde se hacen los guapos los unidos patrióticamente y los accionistas marplatenses cuando llegue la hora de la verdad.

El estacionamiento medido fue la tumba política de Mario Roberto Russak, no tanto por el accionar de La Capital —como cree la gilada, que fue por lo publicado— sino por la extorsión, la cual fue posible por la traición de uno de los socios de aquella aventura, que fue quien le entregó a Iglesias toda la documentación de los socios ocultos de las empresas.

Lo que están cabildeando, en tanto distraen con la maniobra de los falsos dueños y escondiendo el chancho, es riesgoso políticamente. Sencillamente, porque incluye agregar estacionamiento medido en toda el área de la terminal, de Güemes, de Olavarría, y de Alem. A los marplatenses, habitantes de una gran ciudad con espíritu de pueblo, les va a caer mal. MUY mal.