La notificación oficial de la compra de Canal 10 por parte del Grupo Olmos al Grupo Neo Media, a su vez comprador de Canal 8 al grupo internacional Paramount, expone jugadas por parte de sectores económicos ligados al poder político en nuestra ciudad.
El denominado «Grupo Olmos», es un emprendimiento del contador Raúl Olmos a quien el fallecido tesorero de la UOM, Lorenzo Miguel, le pidió en 2002 que ordenara la obra social gremial que tenía, en aquel momento, un pasivo de $150 millones. De ahí, y apalancado en el secretario general del gremio, Antonio Calo, generó una fortuna y se hizo de un set de medios a los que ahora agregan esta auténtica pirita mediática local.
Quien vende y a su vez compra Canal 8 es Jorge Aníbal Pérez, un entrerriano que amasó una fortuna con los negocios de los bingos en el interior y quien es un fuerte operador en los medios de dicha provincia: recientemente adquirió los diarios El Heraldo de Concorida y El Día de Gualeguaychú, movida que en Entre Ríos se ve como un intento de blindarse ante el previsible cambio político que se avecina en 2023.
Un dato cierto es que ambos grupos están íntimamente ligados a diferentes tribus del PJ, y que se han forjado fortunas alimentadas en dichas relaciones. Así como Raúl Olmos acumula medios —siendo Crónica TV su nave insignia—, Pérez tiene en Canal 9 de Litoral su porta estandarte.
Mar del Plata debe mirar estas movidas con atención: no hay causalidades, y es la demostración de un operativo de salida del poder con vistas a las próximas elecciones. En el tramo final del proceso militar, se produjo una serie de entregas de medios del interior a amigos del régimen. Canal 8 de Mar delPlata quedó en manos de Alberto González, quien se hizo millonario vendiéndole a Canal 7 (ATC) las películas europeas que recibía por parte de las embajadas como acciones de difusión cultural. El modelo de hoy, es el mismo.
Los eventos que han puesto por estas horas en el centro de la escena a Viviana Canosa exponen ante las audiencias estos trapicheos entre los medios y las facciones políticas. Canosa había seguido con entusiasmo la campaña electoral de Alberto Fernándes cuando se vendía que éste haría la curatela del kirchnerismo para convertirlo en un espacio democrático, lo que obviamente nunca sucedió. En ese momento, el canal A24 pertenecía —al igual que hoy— a la sociedad Vila-Manzano-Belocopitt. Se advierten los mismos patrones en distintos momentos políticos, y ya ni el más distraído puede ignorar que Massa es funcional a los negocios de estos empresarios favorecidos por su trato y sus acuerdos con el poder.
La torpeza de Sergio Tomas Massa y sus compañeros de ruta, al impedir un informe sobre el flamante ministro de economía, producción, y agricultura que iba a emitir el espacio de la presentadora, y las denuncias a manifestantes libertarios que silbaron y cuestionaron al flamante ministro, dice a las claras el camino que optarían de tener poder total.
Mar del Plata debería mirar esta nueva situación con atención.