Carla, las dudas, y el Hospital Regional

La idea era poner bien alto todo el maravilloso trabajo realizado por el sistema de salud público durante la pandemia, y con ese objetivo se convocó en Mar del Plata al encuentro de ministros de Salud de todo el país. Sin embargo, en encuentro tuvo que ser interrumpido por un cuadro de apendicitis sufrido por la ministro de Salud de la nación, Carla Vizziotti.

Ya por fuera del encuentro, el ministro de salud bonaerense, el camporista Nicolás Kreplak señaló que Argentina es uno de los países que más ha vacunado en el mundo. Lo increíble es que lo dijo justamente en Mar del Plata, en donde montaron vacunatorios en lugares para nada aptos para esa tarea, atendidos por personal a los que la capacitación se les brindó por streamming.

Lo dice también quizás ignorando que, a consecuencia del fuerte temporal que sufrió en febrero justamente esta ciudad, ingresó tal torrente de agua en las instalaciones del Hospital Interzonal General de Agudos que prácticamente destruyó uno de los quirófanos. Las zonas afectadas aún hoy continúan en ruinas, lo que complica toda la operatoria del Oscar Allende. Sin embargo, no se trató de una situación imprevista: el deterioro del quirófano era algo que los profesionales de la salud venían advirtiendo desde hace tiempo, pero nada se hizo, y nada se hace.

Encima, durante la pandemia, los gremios afiliados a ATE se negaron a trabajar. Hay otros tres quirófanos, pero funcionan aleatoriamente y los cirujanos de las diferentes especialidades se pelean por los turnos. Y el que termina sufriendo es el vecino que, a diferencia de Carla Vizziotti, no tiene prepaga ni puede acceder al excelente sistema de clínicas privadas que funciona en la ciudad.

Durante los denostados cuatro años de la gestión de María Eugenia Vidal se llevaron adelante diversos trabajos de mantenimiento en el hospital y hasta se reconstruyó una parte de sus instalaciones. Sí, hay algunas cosas que no están bien. Por caso, las cañerías de agua tanto fría como caliente están mal distribuidas y, aquel que quiera usar el baño, debe andar con cuidado: el inodoro, por ejemplo, lanza agua caliente. Si sos varón ­—o mujer autopercibida, pero con falo ad hoc— cuidate, porque se te puede quemar todo.

En el contexto en que nadie puede explicar muy bien las razones detrás de la baja de casos positivos de COVID-19, obviamente —y con natural impudicia—, el gobierno bonarense se lo atribuye a su gestión y a la excepcional campaña de vacunación. Es curioso que, luego de un resultado com el que se dio en la PASO, la oposición no reclame a viva voz que el gobierno provincial cierre los vacunatorios camportistas y se continúe con la vacunación en los CAP de cada localidad.

Deberían. Ya comprobaron que una vacuna no es un voto. Sin embargo, persisten. Ahora, desalambran con el exacto mismo entusiasmo con el que antes alabraron la vida de todos los argentinos.

El regreso del gobernador Axel Kicillof fue a través de un Tik Tok intervenido políticamente por Máximo y Cristina Kirchner, tan ridículo como llamar a un programa educativo que tiene el objetivo de recuperar contenidos «+ATR»: difícil que se den cuenta que suena como acrónimo de “más atrasados”. Y, sí, más atrasados ideológica y funcionalmente, no se consigue.