Vamos rumbo a las elecciones que marcarán el rumbo hacia la renovación legislativa en octubre. El camino ya está trazado, y en Mar del Plata hay 22 listas inscriptas para participar en esta contienda política con aristas fuertes por los cruces políticos, en particular en el FPV y la alianza que lideran Stolbizer/Alfonsín.
El viernes 12 de julio trascendió que el FPV suspendía su acto de lanzamiento de campaña. Esa mañana, en la 99.9, el concejal Retamoza aclaraba que, en realidad, el acto suspendido era el de Acción Marplatense. Queda claro, merced a la rectificación, que el “neocristinismo” de Pulti causa un inconveniente serio en la próxima votación; la conformación de listas es un problema, porque la puja que esto acarrea ya no es entre rivales sino entre “propios”, que actúan como rivales.
No es mejor la situación en la UCR en la batalla feroz entre la lista bendecida por los acuerdos provinciales y la lista “corta” que lidera Vilma Baragiola. Aquí ya hay de todo, y en algún caso, con acusaciones graves por cierto. La definición que encumbra a Alberto Rodríguez (PS) y Gustavo Serebrinsky desató el infierno de acusaciones de los sectores radicales que quedaron fuera del mismo. Esta semana, el concejal Mario Rodríguez denunció que una “patota” que responde a Vilma Baragiola (candidata a concejal por el Frente Cívico), entró por la fuerza a la presentación de su línea para entregar un documento a Alfonsín, donde denunciaron que son proscriptos ya que no tendrán la posibilidad de integrar la lista sábana del Frente Progresista Cívico y Social. Afirmó: “Van por 12 años de mandato. Buscamos que alguien aporte algo más y no conviertan al espacio del Concejo Deliberante en pequeñas empresas familiares, en las cuales, además de los concejales, trabajan familiares de los ediles”.
En otro esquema político, la mesa hubiera estado tendida para Acción Marplatense. Sin embargo, los cuestionamientos de gestión a la ex fuerza local, hoy una sub rama del kirchnerismo, liquidan sus oportunidades.
Otros escenarios también tienen su complejidad. Nada es fácil en el armado político, cruzado por más ambiciones que proyectos. La palabra proscripción corre el arco político de un lado a otro -hablar aquí de extremos no sería apropiado-. Álvaro Fanproyen se dice proscripto por Juan Garivoto, y Mercedes Morro, tercera en la lista de Massa en nuestra ciudad, no fue a arreglar con Garivoto su lugar en la lista por la directa intervención de Luis Barrionuevo en la negociación.
En tanto, la realidad sigue siendo brutal. Asaltos a personas mayores, secuestros, un tema tremendo que se busca ocultar a la población en general. Cinco crímenes en los últimos veinte días. Y nada de actuar para crear sinergia enfrentando al crimen, que campea a sus anchas en la ciudad.
Dos noticias dan algo de aire, aunque por ahora sólo son anuncios: estaría listo el acuerdo para el dragado del puerto, y hay buena predisposición a eliminar las retenciones a la exportación de especies pesqueras. Ambas situaciones deberían impactar a favor en el sector, permitiendo un menor costo operativo por embarcar en el puerto de la ciudad y mejor perfil de dólar real por tonelada exportada. Si así fuera, muchos puestos de trabajo se van a recuperar, especialmente en el sector fresquero que opera en tierra y que comprende a miles de familias que padecen en el fondo del sistema de trabajo y social, que no escuchan, en tanta diatriba, que alguien proponga algo en materia política que los contenga a ellos.