La llegada de Patricia Bullrich a nuestra ciudad expuso el cuadro de tensiones acumuladas en distintos planos con el que convivimos los marplatenses. Un ejemplo de esto es el grupo de taxistas que, aprovechando el momento, se acercaron a la pre candidata a presidente para exponerle su legítimo enojo por la situación que los atraviesa en una ciudad en la que impera una ordenanza que prohíbe taxativamente las apps de transporte, pero que no se respeta.
Fue desafortunada la praxis para un acto que, en sí, no estuvo nada mal; pero que podría haber reunido a mucha más gente. La presencia casi excluyente de ciudadanos de a pie, sin aparato —algo que, hasta ahora, había logrado solamente Mauricio Macri—, fue una característica importante del evento. Los dirigentes de la UCR tuvieron una presencia meramente testimonial, sin demasiada relevancia política.
El reclamo de los taxistas a Bullrich —quien los atendió junto a Hernán Lombardi— es harto conocido. «La Pato» asumió un gran riesgo: se comprometió a terciar en el entuerto, hablando con Montenegro, quien sí la acompañó en la tribuna, donde cruzaron elogios. De ahí a que Montenegro escuche que lo que ella le diga…
Sí algo fue desafortunado, es el entredicho provocado por el ex funcionario de la gestión Arroyo, Emilio Sucar Grau. Cuando ya concluía el acto, en medio del agrupamiento de gente, éste se encaró con el senador Alejandro Rabinovich, con quien tiene cuitas pendientes, de carácter político.
En ese «quítame de aquí estas pulgas», Sucar Grau le espetó a Rabinovich un «Judío de M…a», el cual ameritó una respuesta seca y contundente: «Nazi». Repudié en el aire de la FM 99.9 esta situación, que el ex subsecretario de Inspección General busca ahora negar, como un niño asustado por su error —semejantes dichos no son travesuras—. Me hizo llegar una aclaración su jefe político, Alberto Asseff, a través de la línea de WhatsApp para oyentes de la radio, lo cual es curioso porque Sucar Grau tiene mi número. El texto dice: «Hola José Luis, Quiero y debo decirle que es absolutamente falso que Emilio Sucar le haya dicho algo ni parecido a racista a Rabinovich. Rabinovich lo busco para provocarlo diciéndole “vos queres ser intendente y yo te voy a romper el culo”. Sucar obviamente le respondió con expresiones como “vos tenes menos palabra que una película de Chaplin”». Agrega: «Hay testigos», y cierra: «Es por supuesto peor que lamentable que un prominente dirigente y legislador sea tan provocador y agresivo».
Es cierto que hay testigos. Estos, precisamente, afirman aquello que apunto y que repudio. La judeofobia es algo más que una expresión racista. Tal como señala Gustavo Perednik en su ensayo Judeofobia: «El odio a los judíos, la judeofobia, es uno de los más antiguos y persistentes de la historia. Desde los escritos de Alejandría y la expulsión de España hasta el catonismo ruso y el Holocausto, es un fenómeno que ha atravesado todas las épocas y se manifiesta de formas diferentes, ora sutiles, ora brutales, todavía en nuestros días. Tanto los medios y la esfera pública como los ámbitos más privados y cotidianos son arena en la que a cada momento se despliega una miríada de prejuicios».
Es inaceptable, y no hay excusas. La foto de Assef con Montenegro este fin de semana puede cerrar el tema para el intendente… él sabrá.