Las definiciones en la causa de jubilaciones truchas que tienen por eje a la Organización Jurídico Previsional SRL sigue develando una de las usinas de corrupción más extendidas de la ciudad, que atraviesa gobiernos y ha generado un daño al erario público de dimensiones aún no establecidas.
Los números provisorios indican un daño de, cuando menos, noventa millones de pesos. Se trata de casos calcados en los modos, las formas y en la estrategia utilizada para la obtención fraudulenta de jubilaciones por incapacidad psiquiátrica. Hay un actor público relevante: la comisión médica 12.
Las acciones que llevaron a cabo este grupo liderado por Roberto Luis Balbuena y Luis Miguel Iroz llegó a un grado de impunidad grotesco. Balbuena solía ofrecer, como quien comparte caramelos, jubilaciones psiquiátricas. Era un dicho habitual decir “andá a ver a Balbuena que el seguro te jubila”, o “si no te jubila Balbuena, no te jubila nadie”.
Las definiciones en la causa, avaladas ahora por la Cámara Federal, revelan que la utilización de sellos médicos y de escribanía, y la capacidad de forzar los reconocimientos médicos, era un esquema perfectamente asegurado. Se pagaba de modo habitual por los dictámenes en los que la organización tenía interés. En particular, quien gestionaba el armado de las carpetas psiquiátricas era Rodrigo Néstor Jones, un médico psiquiatra que extendía los certificados con la frase “reacción vivencial anormal grado 3”, un clásico del esquema.
Otro actor central a consideración de la investigación es el médico Ariel José Fati, quien firmaba dictámenes en carácter de “medico perito laboral y previsional HIGA Mar del Plata y Zona Sanitaria Octava”. Las autoridades del HIGA y de Zona Sanitaria Octava niegan la existencia de dicho cargo o rol. Si el cargo no existe, ¿cómo es posible que nunca se cuestionara la firma y el rol por años? Hay más filisteos en esta nave que los que la procuración pone en la causa.
Rodolfo Ruben Barone es otro actor importante de esta trama corrupta que por décadas ha saqueado la hacienda pública. Barone cumplía el rol de crear los antecedentes falsos de empleo para completar los años de servicio que requería la ley. Como parece ser de estilo en estos años, involucró a una hija suya, Carolina Barone y un primo, Félix Barone.
Aparece también en esta resolución el rol atribuido a Hectór Seri quien, sostiene la procuración judicial, cumplía el rol de entregar a Balbuena los expedientes para ser manipulados quitando algunas fojas y agregando otras para perfeccionar la maniobra delictiva.
La investigación hace un corte del año 2006 en adelante, sin embargo, esta organización actúa desde la década de 1990, cuando menos. Su mano está detrás de los hechos que se llevaron la vida de Alfredo Pochat en Mar del Plata en 1995.