Trece disparos contra el frente de una vivienda en Mar del Plata. Los sujetos fueron filmados a través de cámaras de seguridad pero tenían el rostro cubierto, con lo que es imposible de determinar su identidad.
Los disparos impactaron en el frente de una vivienda múltiple y fueron la base de una operación de prensa que promovió el corre ve y dile al otro aquello por lo que te pago conocido como “Charly”, aduciendo un ataque mafioso de autores y causa ignorada.
Esta es una crónica que bien podría evitarme. Pero no me da por evitarme lo que debo expresar. El tal “Charly” interactúa en el universo de la “manzana de las sombras” llevando y trayendo puteríos a cuenta y por cuenta de terceros en algo que extrañamente se da en llamar periodismo.
En 2019, 49 periodistas fueron asesinados, 57 secuestrados, 389 encarcelados. Ese es el balance del más reciente informe de Reporteros Sin Fronteras (RSF), que destaca la situación de América Latina y, en particular, la de México, con 10 víctimas, el mismo número que en Siria.
Una profesión en la que tanta gente asume el riesgo de su propia vida por contar historias y revelar la verdad no merece que gacetilleros de oportunidad, literales amanuenses al teclado, busquen cubrirse de una pátina respetable como actores amenazados. Es de una bajeza que repugna a cualquier conciencia o sentido común.
Obvio que la auto promovida denuncia del tiroteo, asumido como intento de amedrentamiento, recibió de inmediato el corifeo local habitual de acompañamiento y repudio al acto criminal señalado, sin prestar demasiada atención a los hechos que, per sé, están muy lejos de la algarada chirinezca en la que la manzana de las sombras se embarcó haciendo aspavientos de dolor e indignación.
El tal “Charly” tiene un antecedente en materia de hechos extraños: hace unos años, recibió un balazo en las piernas.
Eso nos lleva a otro hecho acontecido esta semana: el hijo de un supermercadista chino recibió un ataque directo, registrado en las cámaras del local, en el que le desarrajaron cinco disparos con un arma de aire comprimido. Podría decirse que, al no tratarse de un arma de fuego, nunca hubo riesgo para la vida del joven chino. Error: en 2017, un joven de 16 años murió en Bariloche como consecuencia de un disparo de aire comprimido. Hay instalada una polémica en torno a la falta de requerimientos para adquirir este tipo de armas.
Para la abogada Paula Urcioli es claro que el ataque fue un apriete mafioso y está impulsando que el caso no quede en la nada. La abogada de la Cámara de Supermercados Chinos en Mar del Plata señaló: “está claro que la primera advertencia mafiosa cuando se busca extorsionar es disparar a las piernas”, y luego abundó: “el tiro a las piernas es claramente un código mafioso”.
Hay que prestar atención a los hechos y no dejarse llevar por la algarada mediático-política de la manzana de las sombras. El periodismo y su razón de ser, la exposición de los hechos, son algo demasiado serio como para bastardear sólo por la fama fútil de un mínimo momento.
Sé que es impropio, y políticamente incorrecto. Pero los hechos hacen al periodismo. La ficción, es otra cuestión bien distinta.