Discriminación: una conducta inaceptable

Suelo ver a las parejas de corredores de la organización caritativa Guías a la Par por la zona de la costa, entre Plaza España y Avenida Constitución. Llaman poco la atención mientras realizan su tarea, ya que se advierte que han desarrollado un paso que les permite ir a la par de a quienes asisten: personas con discapacidad visual.

Desde que se produjo la denuncia por la discriminación en la media maratón de Mar del Plata, el silencio de la administración es atronador. Dos concejales han pedido explicaciones: Paula Mantero, en modo light, y Roberto Páez en modo ideológico: «esto pasa por privatizar». La cadena de responsabilidades se inicia en el EMDER, más precisamente en Andrés Macció, quien por designación del intendente y la votación del Concejo Deliberante, preside el ente autonómico.

La empresa organizadora, Sportfacilities, no posee autoridad ni gestor responsable. Tiene un sponsor único: New Balance. Su dueño, es un mega empresario de perfil bajo, quien no asume ninguna responsabilidad.

Demasiado agujero, demasiados vacíos en un tema en donde estuvo muy metida la comuna en la figura del Intendente, quien se asoció a la fiesta hasta que ésta se aguó, y luego se corrió de escena de tal manera, que ni asistió al cónclave de intendentes del PRO en La Plata.

Los hechos denunciados, son de una torpeza inexcusable. Estamos en la era del empoderamiento de las minorías y de los sectores diferenciados por carencias, ya sean físicas o mentales. Y todo esto se da en un contexto de anomia absoluta en la conducción de los asuntos públicos en la ciudad, que da escalofríos. Estamos a nuestra suerte. No hay el ímpetu debido en la promoción de la campaña de vacunación contra la polio y el sarampión. No hay interés —salvo algún que otro pedido de informes— por el estado comatoso del Hospital Interzonal General de Agudos, el cual está sin gas a causa de un corte por motivos de seguridad que debió realizar la empresa Camuzzi. La situación vivida en el barrio Las Heras sorprendió a la administración, la corrieron de atrás. Tuvieron suerte, pero la suerte no es eterna.

El hecho de que todas las críticas hacia la organización de la media maratón por discriminación estuvieran enfocadas en la figura de Montenegro, deberían hacerlos reflexionar.

Lejos de eso, están poniendo en marcha un esquema de control de la circulación vial en la ciudad que hará arder a la opinión pública estando a las puertas de un año electoral.

Quien aparece como gestor de la firma detrás del sistema de cámaras, en nombre de un acuerdo extraño con la Universidad Nacional de San Martín, es Leandro Camani, quien en su Instagram se presenta como productor de los premios Martín Fierro. Estéticamente, su perfil en la red social hace pensar en la figura de «el estafador de Tinder»: un despliegue de dinero y lujos por encima de la media, mal.

Suena ya fuerte aquello de «dime con quién andas».