El estado asambleario en el sur del partido de General Pueyrredon data de inicios del 2000. Surgidas al calor del corralito, las asambleas fueron movimientos que rápidamente se transformaron por default en estructuras políticas que viven de una relación tortuosa con el estado.
Un ejemplo es la asamblea «Basta de fumigarnos», que tuvo su máximo momento en el gobierno comunal de Gustavo Arnaldo Pulti para luego diluirse. El movimiento derivó en asambleas por la pureza de las aguas y la liberación de las playas en el sur de General Pueyrredón.
Se trata de un esquema sistematizado en el que un grupo de personas militan desde su proclamada preocupación por el deterioro del medio ambiente, puede ser por el impacto de la fumigación, el estado de las aguas o el acceso a las playas. Si combinan todos estos factores, tienen vía libre para tener espacio en los medios e impacto político.
En el sur en particular, están bajo fuego los balnearios «Club de Mar» y «Luna Roja». Por otro lado, el balneario Residencias Cooperativas de Turismo —RCT—, pareciera que no crea incomodidades ni de acceso a la playa publica, ni hay cuestiones ambientales por la arena disponible, o cuestiones con las aguas. El detalle, es que el RCT pertenece al Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos que es dirigido por el banco Credicoop, al frente del cual está Carlos Heller.
En esta semana en particular, los asambleístas llevaron adelante una fuerte acción en contra del balneario «Luna Roja». En sencillo, denunciaron que hay una situación irregular de aguas servidas, producto de la falta de equipamiento para el correcto uso de las cabañas ubicadas en dicho predio. La denuncia se basa, según Charly Cardozo y Kanki Alonso, en estudios elaborados en el laboratorio Fares Taie, los cuales revelan una alta concentración de materia fecal, atribuida a los baños del complejo.
Lo cierto es que, si bien se habló de la actuación de la policía ecológica —intervención del fiscal Rodolfo Moure—, la muestra a la que se alude no fue obtenida siguiendo los procedimientos correspondientes y no es una prueba válida que pueda demostrar los señalado. Tal como indican fuentes del propio laboratorio, en la obtención de la muestra no intervino personal del mismo, por lo que no pueden certificar que la misma sea del lugar citado y menos aún utilizarse como prueba de cargo.
Para mayor entendimiento de lo que está ocurriendo, vale citar que estas situaciones son un ejercicio constante: estos grupos, asambleas, centros culturales, etc. ven la propiedad privada como objeto de puja, tal como ocurre con el edificio perteneciente al ANSES donde funciona el denominado centro cultura «América Libre», la presión sobre los particulares y el estado tiene el objetivo de apoderarse del patrimonio.
La cobardía de los actores públicos les permite a estos grupos hacer y deshacer a su antojo. Tal como señala el instructivo mapuchista “KUTRALWE”, una de las herramientas para la lucha es constantemente «generar un clima de descontrol y caos», y «destruir y paralizar» infraestructura e inversiones. Si no se actúa en poco tiempo, van por el control y uso de estos emprendimientos costeros.