La audiencia celebrada el viernes pasado en el juzgado de Pedro Federico Hooft en relación al siniestro vial que provocara Eduardo “Lalo” Ramos, dejó lecturas que deben ser valoradas debidamente.
Veamos: Ramos circulaba por la ruta 226 a 142 kilómetros por hora, tal como las pericias lo indican, y lo hacía en una condición impropia, claramente, al haber ingerido una cantidad de alcohol que superaba el límite permitido, como también lo indican las pericias. Todo ello lleva a un escenario legalmente previsto, que impone penas de hasta tres años de prisión, lo cual está indicando que la punición máxima por sus acciones no implica su encarcelamiento. No obstante ello, la campaña brutal de desprestigio que el abogado Fernando Maximiliano Orsini ha iniciado sobre la figura de Ramos, excede toda lógica referida al proceso penal en curso.
De la audiencia del viernes, para los medios parece haber quedado en pie sólo la escena de la madre de Thiago gritándole a Ramos “nunca te importó lo que le hiciste a mi hijo, le arruinaste la vida”. Eso ocurrió en los pasillos, no en la audiencia, como mal se refleja ex profeso en distintos medios de esta ciudad. En la audiencia -en la que no se permitió la presencia de los medios por expresa negativa del abogado Orsini y del fiscal Pablo Cistoldi- el debate transcurrió por los carriles debidos, y allí quedó patente que la aseveración de Rocío Duzek frente a los medios no se compadece con lo que ocurre en el lugar que realmente importa: frente al tribunal.
Se sabe que hubo una oferta concreta de dinero a la familia de Thiago ($150.000), apoyo económico directo para pagar los tratamientos del niño, incluyendo una vivienda próxima al lugar en el que se lleven a cabo los mismos. No hay aquí nadie escapando de sus responsabilidades, más allá de lo que haya determinado la justicia. A la señora Duzek se le ofreció de manera concreta una reunión con Ramos meses atrás, pero la rechazó. Dijo que no era el momento, aunque ante las cámaras ha dicho una y otra vez que Ramos nunca se interesó por su hijo. No es verdad. También insiste Orsini en que el juzgado de Hoof ha sido el responsable de las dilaciones para llegar a esta audiencia. Otra mentira de tantas: las dilaciones son la consecuencia del accionar del propio abogado, que al menos en una oportunidad pospuso la audiencia para viajar a Miami.
Ramos está condenado de por vida, por sus propios actos y por una campaña brutal dirigida por el abogado Orsini y su corte de periodistas a los que él mismo caracteriza de “mercenarios locales que se venden por cuatrocientos pesos, un café y una factura. Toda basura”, tal como lo ha dejado establecido en su cuenta de Twitter. En lo personal, le reitero al abogado Fernando Maximiliano Orsini que lo aguardo en los estudios de la 99.9 para entrevistarlo, y así, cara a cara, intercambiar seriamente pareceres acerca de este caso, que yo entiendo él ha colaborado tanto en torcer, hasta el punto de convertirlo en el paradigma de todo lo que no debe hacerse si lo que se persigue es justicia en base a verdad.