El anuncio de una nueva intervención al Consejo Escolar de General Pueyrredon por parte de la directora general de escuelas Nora de Lucía es un capítulo que estaba allí, a tiro de piedra, luego de que el titular del SUTEBA local, Gustavo Sánchez Ibáñez, tratara de “negligente” a la actual presidente del cuerpo, la radical Claudia Píccolo.
Sin embargo, no hay nada nuevo bajo el sol. En 2006, siendo titular de la cartera de Educación Adriana Puiggrós, el Consejo Escolar fue intervenido, y se designó a Nora Estrada al frente del mismo, lo cual luego llevó a una serie de denuncias penales que han quedado seguramente juntando polvo. De hecho, en un duro comunicado emitido en ese año, los consejeros escolares desplazados señalaban: “La intervención habla de transparencia, pero todavía no explicó a la justicia los nueve cargos otorgados en una ‘asamblea trucha’ realizada en el CIFE, la fundación que regentea desde las sombras la Sra. Nora Estrada, como tampoco las contrataciones denunciadas. Habría aún más cargos otorgados irregularmente por la interventora y se realizaría una denuncia ampliatoria a la Investigación Penal Preparatoria 217.077 que se sigue contra Nora Estrada y sus colaboradores cercanos, Guillermo Villagra y Susana Agostini”.
Hoy, en 2015, la historia vuelve a repetirse. Villagra, en sus declaraciones a la 99.9, no se anduvo por la banquina; apuntó al centro y expresó: “Esto es algo que veníamos planteando desde hace un tiempo. Claudia Píccolo se comprometió a enviarlo en su momento, pero no lo hizo. Hay una seria despreocupación por la escuela pública en Mar del Plata”. Incluso advirtió: “pedimos que se modifiquen los horarios de atención al público, estamos cerca de constituir el segundo distrito de la provincia en cuanto a las escuelas y docentes. Debe haber un organigrama administrativo que dé respuestas a la gente”.
Sánchez Ibáñez, de SUTEBA, también cargó contra la figura de la presidenta del Consejo Escolar: “Me dijo personalmente que está en contra de que en las escuelas los directores tengan una caja chica, que se denominó “Fondo Escuela” y fue obtenida por el frente gremial en paritarias. El valor va desde 1.500 a 4.300 pesos todos los meses, y soluciona muchos problemas. Durante febrero, este Consejo Escolar recibió dinero para calefacción y cegado de pozos ciegos; nos encontramos con más de 60 escuelas que reducen la carga horaria por falta de calefacción. Estamos hablando de una gestión que no tiene la capacidad para gobernar semejante estructura”.
No es poco lo que está en juego. Píccolo, muy locuaz y comunicativa al inicio de gestión, hace ya un tiempo que no contesta el requerimiento periodístico. Un riesgo, porque el que calla, otorga, y hoy un organismo, el Consejo Escolar, que por funcionalidad es sólo un apéndice de la Dirección General de Escuelas, parece cargar con todo el peso de la administración.
Con las consejeras del FPV alineadas con el Gobierno comunal, el acoso se veía venir. Una vez más, la UCR está en paños menores cuando estos eventos previsibles ocurren. Curioso que Roberto Baradel denuncie a la Dirección General de Escuelas en La Plata, y aquí, en Mar del Plata, la carga vaya contra el escalón más bajo de responsabilidades del sistema.