Inmensa necesidad de la nada

tap981

Es obvio que el correr del diario vivir se devora como monstruo de juego virtual buena parte de lo que ocurre en el trasiego del poder. Deben de existir muchas razones para ello; porque si no, no se comprende cómo la dirigencia del gremio municipal se puede estar llevando puesta la economía comunal con las ventajas que el equipo de negociadores municipales le ha concedido, mientras convocan paros a diario y expresan descalificaciones a balde hacia el intendente y sus colaboradores.

En tanto Antonio Gilardi descalifica a los funcionarios, exige renuncias casi a diario, encabeza marchas de reclamo y establece paros cada mes, en la discusión en el Ministerio de Trabajo, el equipo de la municipalidad les otorga ventajas a los empleados que, de quedar establecidas, implicarán un salto en el valor de las tasas que pondrá al vecino de la ciudad ante un compromiso económico mayúsculo. Todas las ventajas que hoy tienen los municipales quedarán incorporadas de manera integral, dejando como único camino elevar los valores hasta en un ciento por ciento sobre lo que se paga hoy. Dos cuestiones sobre esta situación: el intendente Carlos Fernando Arroyo no está al tanto como debería -lo cual es gravísimo-, y el Concejo Deliberante mira para otro lado, envuelto en batallas triviales de carácter figurativo sin ninguna trascendencia política más allá de la manzana de las sombras.

Mar del Plata está un 30% por encima de la media que se paga de salarios básicos municipales. Es la única comuna de la provincia que paga un 3% de antigüedad sobre la masa salarial más bonificaciones en determinados sectores de la administración, lo cual lleva a los salarios netos reales a un punto elevadísimo sobre el promedio del sector privado en Mar del Plata. Por caso, los funcionarios de Inspección y Clausura, así como los de Transporte y Examen de Licencia de Conducir, perciben un 30% sobre el salario bruto. Quienes prestan el servicio de máquina en el natatorio municipal, un 25%; inspectores de Tránsito, un 30%, y el personal permanente del EMDER, un porcentaje similar. Los guardavidas municipales han llegado a percibir más de sesenta mil pesos mensuales.

Este tema no nació el 10 de diciembre de 2015; viene de largo, y es la consecuencia de un manejo corporativo que ignora al sujeto central, el ciudadano/votante/ contribuyente, que es quien, pagando sus impuestos y tasas, mantiene la rueda girando y nutre esta caja de la felicidad que reparte sólo a algunos.

Lo que está ocurriendo a espaldas de los vecinos es muy serio. Tal y como se selló el acuerdo entre los paritarios municipales y el gremio en el Ministerio de Trabajo de la provincia, el tiempo por venir será cada día más complejo para la ciudad y todos nosotros, sus habitantes. A nadie, nadie con responsabilidad política y funcional, parece importarle.