La baraja está en el aire

Es un hecho: habrá candidatura de Carlos Fernando Arroyo a las elecciones generales de octubre para definir la intendencia y los concejales de la ciudad.

Esta semana se hará presente en Mar del Plata una socióloga de larga experiencia en campañas electorales que buscará dar a la postulación de Arroyo el profesionalismo ausente —tristemente— en la PASO. Esto implica decisiones íntimas, seguramente dolorosas para el hombre del piloto.

Fernanda Raverta encara una campaña cuesta arriba. Fue quien ganó la PASO, pero su voto es un techo y no un piso. Su análisis de que esquivar a Gustavo Arnaldo Pulti en una competencia fue un acierto se basa en apuntar que, en la ciudad, Alberto Fernández se impuso en la PASO. Esa es la piedra basal que, para la hija de Montoto, daría fin a la maldición de no obtener nunca jamás para el peronismo la intendencia local.

Cuenta con aliados. La UCR no va a mover un voto a favor de Guillermo Montenegro. No se trata sólo de la explicitación de un afiliado que hizo pública su negativa a votar al candidato de Juntos por el Cambio, sino que esa carta pública revela el ánimo de quienes, derrotados, no se apuntan a una victoria de la facción que integran.

No sólo Arroyo esta a su suerte con boleta corta, Montenegro corre con la misma suerte. Es obvio que el poncho de María Eugenia Vidal ya no cubre la intención de voto, y su suerte depende, en alto grado, de que la elección en octubre se potencie en los antagonismos expuestos en la elección nacional.

Suena raro escuchar una y otra vez a Raverta hablar de que el sistema de salud de la comuna está abandonado. Ignoro qué va a pasar a la hora del voto, pero si la lógica es insistir en un relato alejado de la realidad, no es buena nuestra suerte próxima.

La elección que viene marcará de manera trascendente el futuro inmediato de la ciudad. No se trata de si el ex intendente Cospelito “pasa por el medio”, como estiman en círculos de la política: lo que está en juego es el retorno al esquema de poder que dómino la ciudad por treinta años. Así como hay un acuerdo obvio y claro entre Magnetto y Alberto Fernández, la pregunta válida es el tenor del acuerdo entre Florencio Aldrey Iglesias y Fernanda Raverta.

En las entrevistas que concede la candidata del Frente de Todos, esa pregunta no ha sido formulada: ¿cuál será su relación con quien, por décadas, ante la posibilidad de inversiones, ha actuado como aduana interna, cobrando gabelas espurias y siempre exigiendo entre un quince y un veinte por ciento, aseverando que él (FAI) garantizaba el comportamiento del intendente y los concejales? No está demás hacer notar que su primer candidato a concejal, y su potencial reemplazante al ejecutivo por licencia, enfermedad o renuncia, es Vito Amalfitano, periodista deportivo cuyo empleador es el anciano aldeano de Lugo.