
Convencidos de que son ellos quienes hacen toda la diferencia, tanto Guillermo Montenegro como Fernanda Raverta retoman la dinámica de hacerse el juego el uno al otro y cerrarle así el camino a posibles terceros.
Quizás descubran que esta elección —despegada de los comicios a nivel nacional— no es el escenario adecuado para este minué de conveniencia. Nadie que haya votado a Montenegro, por enojado que esté, votará a Raverta. La misma ecuación, pero al revés, arroja la misma respuesta.
Y, además, hay otros jugadores en el escenario que tienen ganas de hacerse oír. Lo único novedoso, es la decisión de Gabriela Azcoitía de ingresar a la política encabezando la lista corta de «Nuevos aires» que presenta sólo concejales y consejeros escolares, apostando a una fuerte instalación netamente marplatense.
El gran interrogante es si el acuerdo entre la UCR y Montenegro se mantendrá firme hasta 2027, lo que implicaría que no haya lugares dentro del gabinete para los libertarios… o, al menos, para aquellos que así se autodenominan, aunque la mayoría provengan de la vertiente del PJ que —luego de pasar por el menemismo— integró la colectora de Sergio Massa.
En los corrillos de la manzana de las sombras se daba por finiquitado el tiempo del titular del EMTURyC, Bernardo Martín, quien a través de su cuenta de X se definía como «liberal, republicano». Dicha cuenta, hoy, está cerrada. Un aspecto que se debe tener en cuenta es que ni Montenegro ni Rabinovich hablan de sus planes con nadie. Con Agustín Neme —que es quien, de asumir Montenegro en el senado, pasaría a ocupar el rol de intendente— no han intercambiado una sola palabra. La ciudad está a la deriva.
Si Neme asume, hay que pensar cómo será el rumbo de la coalición local. En el campamento de Nuevos Aires, nadie acierta a dar definiciones, sólo dicen «y, ¿qué sabemos nosotros de si, a futuro, vamos a ser oficialismo, u oposición?». Mientras tanto, la ciudad, abandonada. No alcanza con publicar lindas imágenes de unas pocas plazas públicas recicladas cuando, a pocas cuadras, hay otras que ya parecen míseros potreros mal atendidos.
En días, comenzará el despliegue de las campañas y vendrán las entrevistas de los aspirantes al cargo de concejal, con un enorme barullo mediático ante una ciudadanía que no sabe distinguir entre el Concejo Deliberante del Ejecutivo, ni la Legislatura del Congreso Nacional.
Implica un ejercicio enorme el poner a conocimiento del ciudadano de a pie qué, cómo y a quién votar. Estamos en territorio desconocido tanto electoral como políticamente. El desafío es enorme dada a la alta tendencia a la abstención, mérito de la falencia sistemática de anunciar, prometer y no cumplir con lo dicho.
Estamos ante el gran desafío de no elegir por marketing, sino gracias al análisis de la capacidad de cumplir con los anuncios en las campañas. Y, para los marplatenses en particular, de —de una buena vez— dejar de buscar afuera lo que no hemos sabido encontrar entre nosotros.