En los últimos días, grupos organizados han tornado al corte de rutas y calles en General Pueyrredón. Van a su aire, legitimados por el discurso de que sus reclamos se basan en precarias situaciones sociales. Una y otra vez, advertimos que, en su mayoría, son grupos que llevan décadas clamando por lo que dan en llamar trabajo “legitimo”.
¿Quién puede pensar que pedir tener trabajo sea un motivo de crítica? La crítica pasa porque, lo de “trabajo” no es tan así. Lo que buscan, en realidad, no es trabajo, sino un esquema de sostén que, pagado por el Estado, les asegure ingresos sin esfuerzo alguno, perpetuando un esquema vicioso que ya lleva décadas.
A este tipo de acciones, no hay una respuesta adecuada. Se reitera, una y otra vez, un esquema de negociación que aumenta el deterioro de las reglas de convivencia. Oídos atentos durante el prolongado corte de la Autovía 2 percibieron un diálogo entre un movilero presente en el lugar, y uno de los capangas del corte: “Anunciaron que levantaban el corte 13:30. Son 14:15, y siguen acá, ¿qué pasa?”. La respuesta fue irritante: “Estamos esperando que nos confirmen la marca de los productos de la canasta navideña”. Obvio, nada de productos marca “Pindonga” o “Cuchuflito”.
La apropiación de la renta del Estado es ya una bacanal. Se anuncia una reducción presupuestaria para 2021 en lo que hace a la Defensoría del Pueblo de General Pueyrredón y salta toda la orga izquierdo-kirchnerista a clamar por el pueblo en nombre de la apropiación del uso de fondos públicos que sólo sirven para cambiarle la vida a dirigentes que jamás han hecho nada por la sociedad. Cambian su vida, no la de la gente.
Los mismos grupos —o grupúsculos— que agitan la movida por las playas “libres”, son los que bancan esta postura de mantener a nuestra costa estructuras ociosas e improductivas, que drenan el bolsillo público. Hay, es claro, un estado de las cosas que es dañino para el interés común.
La semana trajo como novedad un acuerdo para que los dos concejales de los accionistas marplatenses voten el presupuesto, acompañando al ejecutivo. Era obvio que, por el modo de entender la vida de la ciudad, Horacio Taccone no iba a votar en contra. Y, tal como expuse en la columna de la edición anterior, las expresiones del concejal Marcos Gutiérrez son propias del tero: grazna en un lugar alejado de aquel en donde pone efectivamente los huevos. Estaba claro que el debate por el presupuesto fue sólo acting.
El primer día hábil de la semana que inicia tendrá nuevo responsable de Inspección General. Marcelo Cardozo agarra una brasa que arde. Ordenar las tribus políticas con nada de apego al trabajo que años de radicales y de accionistas marplatenses han dejado allí como inventario poco deseable, es un potro difícil de domar.