Salió hecho una fiera a postear a raíz de una foto maliciosa, fruto de la ignorancia. En su rol de «libertario duro», se fue al carajo. No había que enviar a nadie a verificar nada a un espacio en donde la competencia es de provincia y de nación.
Un ex compañero de ruta me enseñó, allá por la década del 1980, que «político en campaña es como el perro ante el plato de comida». Léase: no metas la mano en plato, no digas nada que incomode a nadie.
El reemplazo del jefe departamental Edgardo Vulcano por el comisario principal Cristian Fontana es otra vuelta de tuerca a un tornillo que ya está falseado: desde 2008 a la fecha, Mar del Plata ha tenido 20 jefes departamentales.
Se vienen semanas intensas, porque lo que está en juego en la próxima elección del próximo 7 de septiembre, es la gobernabilidad de la provincia de Buenos Aires: la jugada de Kicillof tiene todos los elementos para llevar a su gobierno a un precipicio muy profundo.
Convencidos de que son ellos quienes hacen toda la diferencia, tanto Guillermo Montenegro como Fernanda Raverta retoman la dinámica de hacerse el juego el uno al otro y cerrarle así el camino a posibles terceros.