La terminal de ómnibus de la ciudad está bloqueada. Al secretario de seguridad Darío Oroquieta le robaron del interior de su automóvil una pistola Taurus 111, 9 mm. Siete autos aparecieron sin sus cuatro ruedas fuera del balneario Mute. Un joven que circulaba sin carnet habilitante incendió su moto ante la mirada impávida de policías y agentes de tránsito, y fue del lugar sin que nadie acierte a hacer nada al respecto.
Todo ocurre en un pack cuyo bajo registro por parte de la mirada pública se basa en la voz ausente de los mismos medios que hasta diciembre hubieran provocado un escándalo por cualquiera de estos hechos. Yendo al detalle, la entrega de la playa las Toscas a un sub concesionario —alegando extrañas formas de justificación— le permitió nuevamente a Florencio Aldrey Iglesias quedarse por interposita persona con la comercialización del lugar, y nadie dice nada.
Es un retroceso que pareciera un mal menor a cambio de una pax mediática que funciona como si, mágicamente, en la ciudad no hubiera más pozos en las calles, la limpieza urbana estuviera espléndida y la temporada, efectivamente, fuera record de turistas. Ayudando a montar la falacia, Carlos Rottenberg, a sólo días del inicio del mes de enero lanza: “la venta de entradas esta 17 % arriba del año pasado”. Salas con 300 entradas vendidas las noches de viernes y sábado juegan de éxito.
La táctica del cangrejo que practica la administración actual sirve para ganar tiempo, pero no cambia nada. A diferencia de la gestión Arroyo, en la que era posible ubicar a los funcionarios, la comunicación está concentrada en Florencia Pérez Lalli, quien articula la respuesta a los medios. Ergo, no hay comunicación, y no hay respuesta. Se nota el estilo desarrollado en la gobernación de Daniel Scioli, para el cual trabajó, en donde la propaganda sustituye a la información, y sesga los hechos.
La ciudad pasó con suerte por dos hechos tremendos: el incendio hasta la destrucción de Torres & Liva, y el escape de monóxido de carbono en el hotel de Bolívar y Santiago del Estero que pertenece al FOEVA. Y esto último, porque el hecho ocurrió alrededor de las 20 hs. Si pasaba en horario nocturno, podría haber sido una masacre tremenda para una intendencia que dice que basa su gestión en el concepto de que la seguridad que es algo más que la simple prevención del delito.
A la piedra en el zapato la revela un articulo integrado al presupuesto 2020. Lo reveló la concejal Virginia Sivori en la 99.9: “hay una tasa especial de $400 por contribuyente para un fondo que permita a los docentes recuperar la quita que efectuó Arroyo sobre la bonificación especial para el sector”. Aclaró Sívori: “es una promesa de campaña del intendente”.
El medio insignia de la mentira en Mar del Plata, La Capital, tituló: “Mi primer decreto será la restitución de la bonificación docente”. Montenegro lo señaló antes de asumir. Hoy, mutó a “estamos evaluando los recursos de cómo restituir la bonificación docente”. La respuesta que proponen es que paguen los vecinos una bonificación que nunca fue de orden legal, y que se financió desviando fondos del área de infraestructura.
Avanzar retrocediendo, como el cangrejo, puede parecer una táctica feliz. Pero en verdad, es falaz.