Un cierto estado de las cosas

Algo está bien claro: sólo circunstancias externas a la gestión pueden hoy ser centro de crítica. La estabilización de la caja municipal por primera vez desde que Ángel Roig entregara la intendencia a Mario Roberto Russak, permite que los salarios municipales se paguen el día 1 de cada mes; en el presente contexto general, es una situación de privilegio para los empleados públicos de la comuna.

En estos días, cuando se cumplen dos semanas de clausura del Casino del Mar sin que Lotería o el concesionario arbitren los modos y las formas para cumplimentar lo que corresponde para volver a habilitar el lugar, otra historia está en marcha al develarse los horrores que han permitido la vigencia de una concesión ajena a toda lógica del derecho. Sólo la posición mafiosa de poder de Aldrey Iglesias ha conseguido sostener esta ruinosa y vergonzosa situación.

También los integrantes de la mutual de guardavidas apelan al intendente para dar vuelta la presión que impone el anuncio del secretario de Hacienda de entender que el contrato vigente con el sector está concluido y que el trato que se les dispensará es el de un proveedor más. ¿Qué significa? Que detrás de las palabras hay una historia que no necesariamente está en la superficie. Mourelle desarmó un negocio de décadas: los códigos de descuento de financieras que pululan en los alrededores del palacio. Sobre este tema, se dejaron oír en los pasillos expresiones airadas provenientes de las oficinas del bloque de la UCR. Claro que no es un negocio de la UCR, sino de cuatro vivos que usan la política para su coleto. Allí comenzó el odio a Mourelle.

Por años –aún careciendo de evidencia telefónica o financiera al respecto-  se ha asociado a la mutual de guardavidas con los mismos actores vinculados a los acuerdos con las financieras. El expediente publicado por este semanario en la pasada edición y por el cual se le entregó el área de playa Las Toscas a Iglesias, reitera una y otra vez los mismos nombres de funcionarios que debían controlar estas concesiones para el interés común en nombre del Estado.

Para ser precisos: a través de un dictamen que se cuece en la Secretaría de Hacienda, el secretario revelará la estafa mega millonaria que se ha llevado a cabo en estos años contra el erario. En este escenario se debe entender el exabrupto de Mourelle al destratar a los dirigentes de fútbol y básquetbol de la ciudad. Está muy presente la idea de que nadie paga por nada y todos se apoderan de todo. De todos modos, para poner esta noción en palabras, no hace falta por parte de un funcionario de alto rango un lenguaje grotesco: sólo hace falta exponer a derecho lo que ocurre y llevar la corrección de tantos años de uso impropio del Estado a otro estadio, sin dar tanta oportunidad al escándalo baladí que hace la delicias diarias de la manzana de las sombras.