TOP TEN 1197

1) María Eugenia Vidal
(la madre de la derrota)
Era la opción V. La derrota de Juntos por el Cambio es su directa responsabilidad. Dos millones de votos por debajo del actual gobernador. Frustrada, lejos de ser líder en la provincia, se vuelve a buscar el manto protector de su mentor, el jefe de gobierno de CABA. La ficción siempre termina desnuda ante la realidad.
2) Roberto Di Nucci
(golpe mortal)
Fue la primera voz que señaló “el intendente, con esta medida, nos aniquila económicamente”. Agregó: “le rogamos que piense en nuestras familias”. En el universo paralelo de la felicidad estatal, no hay espacio para sentimentalismos.
3) Andrés Sureda
(abandonado por el Estado)
Sufre del corazón. Tenía operación programada antes de la eterna cuarentena. Aún espera, y nadie se hace cargo. La obra social PROFE no responde. Nadie contesta. El estado no está, ni te cuida.
4) Daniel Adler
(il persecuttore)
Quesito es un caso de chaleco. En Cambodia, en los ‘80s, hubiera sido oficial de Pol Pot. El viernes por la noche impartía órdenes para tomar denuncias, buscar, y censurar a posibles infractores al inconstitucional decreto municipal de restricción de libertades.
5) Guillermo Costanzo
(¿estará de licencia?)
Contador de ley. Era un severo de aquellos con las formas, costos y modos de la hacienda comunal. Un interrogante, ¿estará de licencia?. Nada se sabe de él, y el festival de gastos es un tema de cotilleo en los pasillos de la municipalidad. No parece inquietarlo.
6) Cesar Trujillo
(collaborateur every time)
Se sumó a las medidas restrictivas lanzadas por la administración municipal. Siempre junto al poder de turno. Más soba crocs, no se conoce. Anunció estar afectado por Covid, y dió negativo. Ni el coronavirus lo quiere, al ex guardavidas devenido en gremialista del ladrillo.
7) Pedro Federico Hooft
(innovando)
Magistrado de aquellos. Dio cátedra una vez más, y llevó, a sus 76 años, el primer juicio por medios digitales del departamento judicial Mar del Plata. Un ejemplo para tanto remolón en el poder judicial, que toda excusa les viene bien para no trabajar.
8) Milton de Yago Bar
(un tiro en la tarlipes)
Dio la nota que el poder necesitaba. Se publicó un video en las redes en las que se vio su local a pleno, con la gente disfrutando de alcohol libre, sin barbijo ni distancia social, la última noche antes de las nuevas restricciones. Se comprende la situación, pero hay que ser más inteligente. Dar motivos al poder, muy, muy torpe.
9) Gustavo Silvestre
(con Malvinas, no)
Dicen que, de conscripto, fue un llorón. Se le dio por putear y tratar de cobardes a los que combatieron en Malvinas. Se metió solo en un berenjenal del que nunca más va a salir. Las consecuencias están por venir.
10) Nicolás Trotta
(tutti ladri)
Una investigación de El Disenso Web: Trotta, el que no quiere que los pibes vuelvan a clase, hace negocios con la plata del Ministerio de Educación. Más ladri, no se consigue. Renuncia y causa penal, ya.