1) Gustavo Arnaldo Pulti
(Le ajusta la gorra)
Es obvio que no sabe nada de política de seguridad. Enfermito de las encuestas, advierte que con el 82% de la población ubicando la inseguridad como ítem central de sus preocupaciones, debe abundar en el tema. Pero está muy lejos de saber qué hacer, o cómo hacerlo. Le ajusta la gorra, y va mal, muy mal.
2) Cristian Azcona
(Decepcionado)
Pensó que la caída de Baragiola, volteada en uno de los capítulos más repugnantes de la política local, lo proyectaría a la Presidencia del Concejo Deliberante. Pero no. Se lo ve mustio y decepcionado. En fin. Otra vez será. O no, como esta vez.
3) Javier Faroni
(Dos caras dos)
Javier tiene dos discursos, por lo menos: uno en público, en el que hace fotos con ediles del Frente Renovador a pura sonrisa estilo Caras, y otro en privado, según el cual Massa no le atiende el teléfono. Aunque las lentejuelas, de lejos, parezcan todas iguales, no son: las de Tigre son más refulgentes que las del centro.
4) Eduardo Abud
(¿El elegido?)
Viene por la recta final para ser el nuevo presidente del Concejo Deliberante. Un premio impensado para alguien cuya trayectoria sensata y simple sería hoy, en este desierto de vanidades, justificadísima distinción
5) Martín Bava
(Bajo escrutinio)
El hierático Bava está bajo escrutinio: ante su conducta abusiva y maliciosa en las audiencias de la charada denominada en los medios de corte y pegue “juicio a Hooft”, el Colegio de Abogados designó un veedor. Como decía el General, “el hombre es bueno; si se lo controla, es mejor”.
6) Carlos Pampillión
(Afecto a la notoriedad)
Su denuncia por los disturbios en el Concejo Deliberante dan carnadura a nuestra investigación central de esta semana. No obstante, hay que señalar que le da demasiado al bombo: le gusta tanto el escenario, que cualquiera podría imaginárselo incluso tocando las castañuelas.
7) Pablo Porzio
(Por la vuelta)
El regreso de los muertos vivos. Y será juez del Tribunal Civil número 6. Otra pieza de la urbe extendida que llamamos ciudad de Mar del Plata y que tanto se merece aquel “mediocres” de Mario Roberto Russak.
8) Juan Curuchet
(Que se haga cargo)
Impulsor político desde su banca en el Senado del retorno de Porzio a la judicatura, es de esperar que se haga cargo. Las malas conductas no desaparecen con la impunidad, se agigantan.
9) Nicolás Maiorano
(Ni que fuera el Mesías)
Hay que ser estúpido para titular “Aguardan el retorno de Maiorano para definir la presidencia del HCD”. Aquí aplica que el que se fue a Sevilla perdió su silla. Maiorano eligió vacaciones antes que responsabilidad política. Eso no tiene perdón.
10) Alejandra Urdampilleta
(Cebando el mate)
Nunca ha sido útil para nada en la función pública (PAMI, Secretaría de Desarrollo Social, edil correveidile de cualquier cosa que quiera decir la oficina de propaganda municipal…). Por fin una: ahora se sabe que es buena cebando mate. Así lo hizo y quedó registrado cuando atendía a mate y mate a una líder de la patota que fue a provocar al HCD el pasado jueves en la destitución de Baragiola. Buena esa.