De vacunas y desorden. La decisión política de poner la vacunación en manos de La Campora y los gremios docentes ha producido todo tipo de situaciones, de graciosas a mendaces. Mendacidad en el modo de generar los turnos, haciendo ir a la gente de una punta a otra del partido de General Pueyrredon. Gente que ha pagado $1800 en remises. Vaya modo de estar al lado del pueblo. El desorden es tal, que un trabajador de la calle que vende su producto en una esquina del centro de la ciudad, abordado por el director de este medio ante la pregunta “¿te vacunaste?”, responde: “sí, fui con un amigo que tenia turno, la encare a una que estaba ahí y le dije: me equivoque de día, ¿me podrán vacunar hoy?”. Le contestaron que sí. Se fue con la primera dosis muy feliz. ¿Quién controla? ¿Quién supervisa? Nadie.
Conflictos. Los que hay en el HIGA y en el Materno Infantil. Ambas direcciones mantienen una dura relación con el personal. Hay denuncias —por ahora, en off— sobre el destrato a camilleros y enfermeros. Silencio absoluto de ATE y de otros gremios, hoy socios y compañeros de ruta del gobierno nacional y provincial. La carpa de los grupos en queja se mantiene allí, ya formando parte del paisaje, sin respuesta a la vista de sus reclamos.
De las zapatillas de Rucauff a las patillas de Axel. En un episodio que marcó la fallida gobernación de Carlos Rucauff, el escándalo se dio al descubrirse zapatillas para niños de sectores carenciados con la leyenda “Gobernación Rucauff”. El uso prebendario de la ayuda social o acción de gobierno con fines proselitistas es un mal establecido. Hoy, la gobernación de Axel Kicillof reparte en vacunatorios una cartilla con la imagen del gobernador recibiendo la vacuna y una serie de textos de propaganda.
Axel y la campaña política. El método es antiguo: se trata de vincular la figura política con lo que recibe el ciudadano, esperando su agradecimiento a la hora de votar. Puede leerse: “En las condiciones heredadas de enorme fragilidad, conseguimos ampliar en tiempo récord nuestro sistema de salud y evitar su colapso”. Está en el cuadernillo que distribuye el gobierno bonaerense a los recién vacunados contra el Coronavirus. Y sigue: “Eso implicó salvar miles de vidas y fue un enorme logro colectivo que pudimos construir gracias a un pueblo solidario, un Estado presente y un gobierno protector”. Estado presente, gobierno protector. Algo así como que el poder político es el padre de todos, y cuida a la población como infantes desamparados.
Data política. El tema de los cuadernillos fue dado a conocer desde la cuenta de Twitter de Diputados PRO. Allí se denuncia el carácter político de los folletos, y se cuestiona la conducta política del gobierno provincial que hace, además, un racconto de “ayudas” a municipios, con cifras que arrojan dudas sobre su veracidad.