Escribo estas líneas en el afán de poner en negro sobre blanco los hechos que llevaron a la muerte de Maximiliano Rhil; y no de enfocar esa situación en la maniobra de distracción que lleva adelante el Multi Ladrey a través del teclado de su amanuense en jefe.
Los elementos recolectados en la causa que lleva adelante la fiscal Florencia Salas permiten sostener un hecho: que Juan Piero Pinna mató a tiros a Rhil. Pero, el asunto real, es en qué contexto le quitó la vida. Ciego de furia, Piero Pinna disparó para vengar el honor de su compañera, Romina Ulloa, como consecuencia de lo ocurrido en el salón cuando Rhil se abalanzó sobre ella, manoseándola ostensiblemente con el objetivo de provocar una reacción extrema, luego de lo cual ambos se enfrentaron arma en mano.
Así lo sostiene en su relato Piero Pinna, y también lo afirma Romina Ulloa, quien aportó además una historia que involucra a su padre, Rudy Ulloa, y que habla de su relación quebrada con Mauricio Ríos. Desde este relato surge que el ex chofer de Néstor le viene reclamando a Ríos establecer las cuentas de negocios comunes, y que el ataque hacia su persona tenía como objeto romper esta relación, para sí evitar dar respuesta a estos reclamos.
Es una historia truculenta. En este relato, Ríos piensa en cómo romper con Ulloa poniéndose en el lugar de ofendido, de quien ya no quiere ni hablar y mucho menos tener que dar cuentas. En esta versión de los hechos, la invitación a Piero Pinna y Romina Ulloa tenía el objeto de crear un incidente que habilitara ese desenlace deseado pero que terminó muy mal, absolutamente fuera de control.
Un dato clave, es que no están los videos de seguridad en Horizonte, cuando por ordenanza, los salones de fiesta deben tener tanto cámaras como monitoreo. Si no están, o hay un incumplimiento serio de esta ordenanza clave, o hicieron desaparecer los videos que son centrales para determinar cuál fue la real dinámica de estos hechos.
Hago sólo una cita: si los dirigentes políticos de esta ciudad se van a dejar llevar de la nariz por el escriba del Multi Ladrey, el oprobio de los hechos les va a caer encima. Se suman a una historieta, cuando lo que cuenta, es que hay un muerto en el contexto de una puja por dineros oscuros.
Está claro que cada quien debe cuidarse su propio trasero. Pero los hechos, deben ser citados en su contexto, buscar relatos con fines menores de política interna, es mendaz, más aún cuando la versión que se buscó instalar surgió de un dirigente del propio PRO. Aunque se enojen, la cadena de WhatsApp que corría y que apuntaba al subsecretario de Serguridad —cuando éste estaba en CABA, asistiendo a su madre internada con pronóstico incierto—, provino de una facción de esa fuerza política.
Hay un arma que no aparece, un muerto del que se llevaron sus restos de modo exprés, y un alerta que lanzó el abogado Wenceslao Méndez: «Piero Pinna tema por su vida en la UP 44, pide que lo trasladen a Tucumán».