En la comunidad había principalmente mujeres y niños en el momento del ataque. La ONU exige al régimen de Ortega investigar “de manera inmediata los hechos”.
Los invasores de tierras indígenas entraron de madrugada a una aldea de una comunidad del Caribe de Nicaragua y arrasaron con todo. Asesinaron, quemaron viviendas, amenazaron y atemorizaron a los habitantes, que se vieron obligados a huir a comunidades aledañas. El ataque ha dejado al menos seis muertos, indígenas Mayangnas de la comunidad de Wilu, y varios heridos. “Como consecuencia del ataque y la quema de sus viviendas, las familias de Wilu habrían perdido todas sus pertenencias, alimentos y utensilios agrícolas, necesarios para su subsistencia tradicional. Particularmente las mujeres, niños y adolescentes se encontrarían en una situación de especial vulnerabilidad que requiere de una urgente acción humanitaria”, ha advertido la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), que exige al régimen de Daniel Ortega que investigue “de manera inmediata los hechos” y sancione a los responsables.
La invasión y ataque ocurrieron la madrugada del 11 de marzo en una comunidad del territorio Mayangna Sauni As de la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte de Nicaragua, una zona que sufre constantemente la violencia de los llamados colonos, invasores de tierras de otras regiones del país que usan la violencia para expandir la ganadería, la agricultura extensiva y las plantaciones de palma africana. El reporte de la OACNUDH informa que “un grupo indeterminado de colonos fuertemente armados” llegaron a la comunidad y asesinaron con armas de fuego y armas blancas a Jesmin Jacobo Lázaro, Lenín Vilchez Patrón Flores, Alberto Castillo Palacio, Jorge Enor Palacio Samuel y Morgan Díaz Palacio, “todos hombres y menores de 30 años”, según el informe.
“Tras llegar a la comunidad, los colonos también habrían quemado la mayoría de las viviendas y atemorizado a los habitantes, que huyeron para refugiarse en comunidades aledañas. En el momento del ataque, se encontraban en la comunidad principalmente mujeres, niñas y niños, puesto que los hombres estaban realizando tareas agrícolas. Dadas las dificultades de acceso a Wilu, se desconoce en este momento si hubo otras víctimas mortales”, informa el organismo de Naciones Unidas, que también advierte de que varios miembros de la comunidad se encuentran desaparecidos.
La invasión de tierras arrincona a los indígenas del Caribe nicaragüense, sin que las autoridades presten atención a una violencia salvaje y en aumento. En marzo de 2022, los indígenas se enfrentaron a otra escena de horror: el asesinato atroz del líder mayagna Salomón López Smith. El cuerpo de López Smith fue encontrado con signos terribles de tortura: el cráneo destrozado, la piel separada del rostro, sin orejas, varios dedos mutilados, sin cabello, la columna fracturada y varios disparos en la espalda. Se trata de una pesadilla que desangra a estas comunidades, que sufren constantes ataques que han dejado decenas de heridos, con la mira puesta en líderes, activistas ambientales y guardabosques. En todos estos crímenes reina la impunidad.
La ONU ha informado en su denuncia que el 6 de marzo pasado tres indígenas fueron atacados y heridos por colonos. Una de las víctimas recibió un balazo en el pecho, mientras que otra perdió cuatro dedos de la mano derecha cuando intentaba defenderse. El 10 de marzo, tres integrantes de la comunidad indígena de Musawas y dos niños fueron secuestrados por colonos armados, mientras que 30 familias se han refugiado en una escuela de Musawas “para salvaguardar su integridad, donde aún se encuentran con graves carencias materiales”, informa la OACNUDH.
La violencia contra los indígenas se da con mayor constancia y saña por los ‘colonos’ desde el año 2015, según reporte de organizaciones de derechos humanos. Los invasores han quemado comunidades enteras, violan a mujeres, disparan contra las comunidades y secuestran a personas. Entre 2015 y 2022, al menos 63 indígenas han sido asesinados por colonos y 46 continúan desaparecidos. “Estos actos de violencia se enmarcan en un grave contexto de violencia sistemática de colonos no indígenas contra las comunidades indígenas en la Costa Caribe, exacerbados por la falta de aplicación de la Ley 445 de Régimen de Propiedad Comunal con relación al saneamiento de los territorios indígenas”, explica la OACNUDH, en relación al reglamento que, al menos en papel, protege a estas comunidades nicaragüenses, tan alejadas de las zonas urbanas más importantes del país, por lo que los invasores operan con impunidad.
La OACNUDH ha exigido al régimen de Daniel Ortega que proteja la vida de los habitantes de estas comunidades y garantice su seguridad. También ha llamado al Gobierno a “investigar de manera inmediata” los hechos de Wilu y sancionar a los responsables. El Estado, continúa el organismo de la ONU, “debe adoptar todas las medidas necesarias para que hechos semejantes no vuelvan a repetirse en ésta ni en las demás comunidades que integran el Territorio Mayangna Sauni As, como tampoco en otras comunidades indígenas de las regiones autónomas”.