Ya pasaron tres años de aquel sismo que destrozó Haití y todavía quedan más de 350.ooo personas sin hogar. Ellos viven en carpas en Puerto Príncipe, capital del país, y según la ONU hay que alimentar de forma urgente a 500.000 refugiados, entre ellos a más de 80.000 niños desnutridos.
La organización de ayuda humanitaria Oxfam y la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití advirtieron sobre la necesidad de proveer alimentos de manera urgente a más de 500.000 personas, entre ellas 81.600 niños que sufren de desnutrición aguda.
El director de Oxfam en Haití, Vincent Maurepas Jeudy, explicó: “Lo que se necesita es un plan de reasentamiento coherente, realista y a largo plazo, liderado por los haitianos para los haitianos, en el que la comunidad internacional debe tener un rol de apoyo y no paralelo al Estado”. Algo similar plantea la Plataforma Haitiana para un Desarrollo Alternativo (PAPDA), una coalición de organizaciones sociales, campesinas y sindicales, ya que para ellos la única forma de reconstruir el país es recuperando la soberanía nacional.
El director de Oxfam aseguró que “gracias a la determinación de los haitianos y de su gobierno, así como a la generosidad y solidaridad de los ciudadanos y de los gobiernos de todo el mundo, se han logrado avances tangibles”. Por ejemplo, la construcción de viviendas para 900.000 personas, aunque aún quedan 500 campamentos donde todavía la gente vive en carpas en Puerto Príncipe.
Según la misión de la ONU, unos 2,1 millones de haitianos se encuentran bajo inseguridad alimentaria y, de estos, el 25% necesita inmediata atención. Esto fue generado por la destrucción de los cultivos a causa de la sequía y las tormentas tropicales “Isaac” y “Sandy”, que afectaron al país el año pasado.
Unos 81.600 niños menores de cinco años que tienen desnutrición aguda; de ellos, 20.000 se encuentran en riesgo de vida. Para tratar de revertir esta situación es necesaria una inversión de 144 millones de dólares. Minustah alertó sobre los recurrentes brotes de cólera que afectan a los desplazados, y que ven reducidas las capacidades de prevención y respuestas efectivas.