A la espera de que se reglamente la ley: cuánto costará un equipo solar para generar electricidad en casa

Una de las leyes que aún espera por la reglamentación es la 27.424 de Régimen de Fomento a la Generación Distribuida de Energía Renovable integrada a la Red Eléctrica Pública, que permitirá a usuarios residenciales y comerciales generar su propia energía eléctrica y vender el excedente a las compañías distribuidoras.

Pese al interés que generó está por cumplir un año sin que el Poder Ejecutivo de ese paso fundamental para su implementación, desde que fue sancionada en el Congreso el 30 de noviembre pasado. En ese lapso, treparon a ritmo incesante tanto las facturas de electricidad como la cotización del dólar, por lo que instalar un equipo solar propio por un lado es más caro y al mismo tiempo más conveniente.
Con esa expectativa, ámbito.com dialogó con dos especialistas: Federico Gisbert, gerente de QMAX y Carlos Sparaino, ejecutivo de ventas de EXO Energy, quienes respondieron las principales cuestiones.
Para empezar, Gisbert contó que “con el aumento de las tarifas, notamos un crecimiento de los pedidos de cotización. Desde entonces tuvimos unas 200 consultas al mes sobre instalaciones para inyectar energía a fábricas, pymes y casas. A nivel domiciliar principalmente en Buenos Aires, y en el interior sobre todo para producciones de uso intensivo de energía, como el arroz que necesita bombeo permanente de agua o los establecimientos avícolas, que deben mantener la temperatura y la luz”.
Sparaino coincidió en que “se generaron más consultas, la gente por lo menos lo está analizando. Va de la mano también con el aumento de tarifas, la gente busca una alternativa para disminuir el consumo, antes era demasiado bajo el precio. Todavía falta mucha comunicación, pero los consumidores están descubriendo las renovables, quieren saber qué porcentaje pueden ahorrar y que tipo de sistema poner, si se tienen que desconectar de la red, etc”.

• ¿QUÉ EQUIPO INSTALAR?

Los equipos solares constan de paneles fotovoltaicos (captan la radiación solar y la transforman en electricidad) y un inversor (convierte la corriente continua en corriente alterna, que es la que utilizamos habitualmente). En caso de ser necesaria (por ejemplo, para un pyme en una zona rural) hay que instalar una batería (que almacena la energía para utilizarla en la noche, o períodos de mal tiempo o baja radiación solar) y un regulador (controla la carga de las baterías y la descarga hacia la vivienda).
Existen dos sistemas: On Grid, en el que la energía generada por los paneles se inyecta al consumo y Off Grid, autónomo, que permite generar electricidad y almacenarla (al precisar baterías el equipo es más costoso).
CS: Lo bueno de las fotovoltaicas es que son sistemas escalables, podés arrancar con un sistema chico de cuatro paneles e ir agregando módulos. Si estás conectado a la red, aunque solo cubras un porcentaje del consumo siempre vas a tener un back up, que es la compañía eléctrica. En cambio, si estás en el medio del campo sí te va a importar cuántas cosas vas a conectar y cuánto tiempo las vas a usar.
FB: Desde el punto de vista del hardware lo mejor es ir a la potencia que necesitas directamente porque vas a conseguir mejor precio. El cálculo de recupero es por lo que dejas de consumir, aunque todavía no sabemos cuánto se pagará lo que inyectes, para entonces calcular la diferencia.

• ¿CÓMO CALCULAR EL COSTO Y EL AHORRO?

FB: Podés ahorrar un porcentaje de tu factura o el total. Hay que mirar el consumo de kw/h por mes y calcular cuántos paneles se necesitan, depende también de la radiación solar de cada zona. En Buenos Aires se toman 5 horas solares. No importa tanto cuántas cosas se conecten sino el consumo por día, porque podes tener consumos muy altos pocas horas por día. En definitiva detrás del equipo siempre está la red, si consumís más lo tomás de ahí. Para pagar sólo el cargo fijo, en una vivienda promedio hay que considerar una inversión de u$s 5.000 o u$s 6.000.
CS: Con cuatro paneles el equipo genera alrededor de un 1 kilowatt o un poco más, que se descontará de lo que venís gastando. Cuánto vale eso depende de la tarifa, hay muchas variables (horas valle, horas resto, etc). Lo que hay que tener en claro es que no es lo mismo comprarle las 24 horas a la empresa que comprarle 12 o 14 y el resto abastecerlo. Para un sistema de 3 kw, unos 12 paneles que te cubren alrededor del 50% del consumo residencial, hablás de unos u$s 5.000. La inversión parece brusca, pero empieza a brindarte tu propia energía por 25 o 30 años.

• ¿SON SEGUROS LOS EQUIPOS?

FG: Sí. Hay normas internacionales IRAM que certifican la seguridad de las instalaciones de los equipos electrónicos y del inversor que toma la energía de los paneles, la convierte y la inyecta a la red. Las distribuidoras lo verifican con un profesional matriculado. Si el equipo tiene todas las normas y el matriculado hace las cosas como debe, no debe haber ningún problema de seguridad.

• ¿SI SE CORTA LA LUZ, EL EQUIPO FUNCIONA?

En un sistema de paneles On Grid tradicional, si se corta la luz por un desperfecto de Edenor o Edesur, el usuario no tendrá energía. Para eso debería tener un sistema hibrido, que trabaje tanto On Grid como Off Grid. El tema es que encarece el costo porque son necesarias las baterías, por lo que en ámbitos urbanos es recomendable sólo si los cortes son muy habituales y prolongados.

• ¿CUÁNTO CUESTAN LAS BATERÍAS?

CS: Para equipos grandes salen u$s 500. Depende de la profundidad de carga, cada 4 o 6 años necesita algunos recambios. Es 99% reciclable, sin cadmio ni antimonio ni arsénico, porque también buscamos que sea sustentable y que las sustancias contaminantes no contradigan la apuesta por el medio ambiente. Además es sellada y trabaja sin perder eficiencia entre temperaturas de -30° y 60°, ideal para zonas con grandes amplitudes térmicas, como en el norte del país. En dos años ya tendremos nuevas baterías de litio, que ocuparán menos y durarán más.

• ¿LOS EQUIPOS SE PUEDEN COLOCAR EN EDIFICIOS?

CS: Sí, es posible. Ya presupuestamos varios equipos, sobre todo para las áreas con luces y accesos en común, bombas, portones, ascensores. Puede instrumentarse para todo el edificio, pero se necesitaría una mayor inversión. También hay que tener disponible un área importante para alojar el sistema. Tiene varios puntos a favor. Ante un corte, por ejemplo, un sistema con baterías puede alimentar los consumos más importantes y es más práctico que un grupo electrógeno tradicional, que a veces no arranca porque está el filtro sucio o el combustible en mal estado.

• ¿EXISTEN PLANES DE FINANCIAMIENTO PARA ADQUIRIRLOS?

FG: Es un gran tema, el cuello de botella. En promedio, el recupero de la inversión es de 5 a 7 años. A muchos particulares o pymes se les puede complicar comprar el equipo de contado, se necesita una financiación que calce mes a mes, como los créditos hipotecarios que reemplazan el alquiler por la cuota. Si no, será difícil. La ley contempla un fondo para subsidiar tasa de interés para el préstamo de privados y otras herramientas para agilizar la financiación, pero eso tiene que aplicarse a productos bancarios concretos para que luego las entidades los acerquen al público. El esquema de financiación es clave para este uso de tecnología, porque desde lo técnico con tantas experiencias en Europa ya está resuelto. En muchos países se venden los equipos a través de las empresas eléctricas y después se pagan en la factura.
CS: Es un gran punto. El financiamiento es fundamental, y acá hay muy poco o directamente no existe. Tal vez la industria tiene más facilidad para obtener créditos o inversionistas, pero el común de la gente no. En Estados Unidos, los californianos cubren el 80% y más del consumo de su factura, pero el financiamiento y los créditos están muy aceitados. En Alemania y España también, es un camino que tenemos que empezar a transitar.

Ambos especialistas coinciden en que, tras el puntapié inicial, más allá de la velocidad que alcance la autogeneración de energía, no hay marcha atrás. “Recién empezamos el camino, pero irá en crecimiento constante. Es una gran alternativa a la quita de subsidios y para ser más independientes en la energía que necesitamos. Cuando se abra el juego con el financiamiento será muy viable, es el futuro y las renovables llegaron para quedarse”, sostuvo Sparaino.
Para Gisbert, “el primer paso es tener las reglas de juego claras. Cómo se instala el medidor, las normas técnicas, cómo las distribuidoras eléctricas acomodan su sistema de facturación al prosumidor y demás. En Chile, el primer año hubo 800 instalaciones, nosotros podríamos aspirar a eso. El peligro es que se pongan tantas trabas que dificulten todo, pero esto ya no se puede detener”.