Advierten que se incrementó el consumo de drogas de diseño en nuestra región

Los datos de los últimos informes sobre drogas sintéticas en el país despertaron la preocupación de muchos especialistas y volvieron a poner el foco sobre el avance de este tipo de sustancias entre los más chicos.

Desde la Defensoría de la Provincia de Buenos Aires, por caso, sus autoridades salieron en las últimas horas a advertir sobre un incremento en el consumo de drogas de diseño en nuestra región y alertaron que la edad de inicio, que hasta no hace mucho era de 16 años, hoy se encuentra en los 14 y, acaso lo más preocupante, sigue en retroceso.

“El problema es que la comercialización de drogas sintéticas prolifera de la mano de las nuevas tecnologías informáticas, como la dark web”, apuntó Walter Martello, a cargo de la Defensoría y autor del libro “Salió mal”, un trabajo que da cuenta del incremento del consumo de este tipo de estupefacientes, especialmente éxtasis, en nuestro país. Según el especialista, los propios estudios de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (ex Sedronar) dan cuenta que, en los últimos años, se registró una baja en la edad de inicio de éxtasis: pasó como se dijo de los 16 a los 14 años.

Asimismo, según la base de datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNDOC), nuestro país es una las naciones del continente donde más ha aumentado el consumo en los últimos años, ubicándose por encima de Brasil. Algunos números hablan por sí solos: mientras que el último dato oficial dio cuenta de una tasa de prevalencia de 0,33 en 2017, esa cifra es 230% superior respecto a la que se registraba en 2010, cuando se ubicaba en 0,10.

En lo que se refiere a incautaciones de las fuerzas de seguridad, desde la Defensoría bonaerense indicaron que el gobierno se jacta de un aumento récord respecto al secuestro de cocaína y la marihuana pero, según aclaran, los propios informes oficiales, elaborados por el Ministerio de Seguridad, muestran una caída del 60% en unidades secuestradas de drogas sintéticas (éxtasis, anfetaminas, metanfetaminas, LSD y NBoME) entre 2016 y 2018. “Esto demuestra que, desde el Estado, se está llegando demasiado tarde”, apuntaron.

Lo que dicen desde el organismo provincial entra en sintonía con datos de la realidad. En 2011, por caso, los chicos de 14 años prácticamente no entraban en los sondeos. En ese rango etario era tan insignificante el consumo que las encuestas oficiales no contemplaban a las drogas de diseño por separado. Estaban rotuladas como “otras drogas”, un combo que reunía todo lo que estuviera por fuera del alcohol, los psicofármacos, la cocaína, pasta base y marihuana.

Sin embargo, no es necesario indagar mucho en la temática para advertir de qué manera se fue despertando el interés de los jóvenes: basta tomar las encuestas hechas en colegios secundarios y centrarse en el ítem “percepción de riesgo de consumo de sustancias”. En 2011, ante la pregunta “¿cuán riesgoso creés que es probar éxtasis una o dos veces?”, el 45,3 por ciento de los alumnos de secundarios consideró que era “de alto riesgo”. Cuatro años después, en 2015, sólo el 23 por ciento eligió esa respuesta.

En uno de sus últimos trabajos, en tanto, la Sedronar precisa que el consumo de éxtasis entre jóvenes de 12 a 17 años aumentó un 200% en comparación con 2010.

Las drogas de laboratorio, también llamadas sintéticas o de diseño, son elaboradas a partir de sustancias químicas no naturales. Por lo general imitan los efectos de las drogas naturales: opiáceos, alucinógenos y estimulantes. En Argentina el consumo de drogas aparece asociado con los festivales de música electrónica, pero lo cierto es que de un tiempo a esta parte su consumo se popularizó y, al decir de quienes estudian la temática, ya no sólo se circunscribe al ámbito de las rave. Si bien no producen una dependencia física como la marihuana o la cocaína, el consumidor de drogas sintéticas suele realizar policonsumo: mezcla con alcohol, marihuana, cocaína, o LSD. Muchas veces es esa interacción entre sustancias la que genera víctimas mortales.