Así lo indicó en la 99.9 el presidente de la Sociedad de Oftalmología de Mar del Plata respecto de la constante venta callejera de anteojos sin receta: “La mayor parte de esos lentes vienen en containers desde el exterior y se comercializan sin control”, agregó.
La venta de lentes de aumento en la vía pública es un problema que lleva muchos años, pero nunca se aborda con los controles necesarios, sobre todo para saber de donde proviene la mercadería que se expone y consume. El titular de la Sociedad de Oftalmología de Mar del Plata, Agustín Blanco habló al respecto en la 99.9 y remarcó que “estos anteojos se llaman pre graduados, que son con una graduación estándar que no está hecha en una óptica. Se hacen industrialmente y se venden sin ningún tipo de control o evaluación de la calidad”.
Puntualmente sobre la procedencia de los elementos, agregó que “desde el Consejo Argentino de Oftalmología venimos denunciando hace muchos años esta situación. La mayor parte de esos lentes vienen en containers desde el exterior y se comercializan sin control. No hay relevamiento del material, si la graduación está como dice en la etiqueta. Es una gran falencia que tenemos porque todas las personas que compran, dejan de hacer un control oftalmológico”.
Para que estas cuestiones se den, hay distintos sectores que interceden y forman parte del negocio de la venta ilegal: “debe existir una serie de connivencias con alguna rama del poder porque de a poco se va tornando peor. Se incrementó la venta de anteojos como si fuera algo normal. Lo mismo que cuando se venden medicamentos en los kioscos”, comparó.
Respecto de las consecuencias para las personas que compran este tipo de elementos, Blanco concluyó que “el principal problema es que dejás pasar un control oftalmológico y el chequeo de distintas enfermedades que sólo el médico oftalmólogo está capacitado para tratar. Con los anteojos de sol pasa lo mismo porque se desconoce que tipo de material se utiliza y eso podría traer algún problema a la vista”.