Argentina, uno de los países con mayor consumo de alcohol

Así surge del último trabajo sobre el tema realizado por la Organización Mundial de la Salud, donde se precisa que el promedio anual es de diez litros por persona, muy por encima de la media mundial. La cerveza y el fernet son las bebidas más elegidas en el país. Qué dicen los especialistas.

Informe-vinosMientras en los últimos días el Ministerio de Salud bonaerense informó que el 90% de las clausuras a comercios en la Costa correspondió a venta de alcohol fuera del horario permitido, las últimas estadísticas internacionales sobre la problemática en nuestro país vuelven a encender la luz de alarma. Según esos relevamientos, el consumo de bebidas alcohólicas en Argentina se encuentra entre los más altos del mundo.
Se trata, en realidad, del último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) respecto del consumo de alcohol en el planeta. Según la OMS, el consumo per cápita argentino de alcohol es de 10 litros por persona por año; con lo cual, nuestro país supera el promedio en la región (8,7 litros) y se ubica muy por encima de la media mundial (6,3 litros). Si bien se trata de un estudio elaborado en los últimos años, sus datos trascendieron recientemente y se precisó que, para obtener las conclusiones, se relevaron a personas mayores de 15 años en 193 países.
Pese a que el valor por cápita de la Argentina está lejos de los obtenidos por los países que lideran el listado de alcoholismo (las ex naciones soviéticas o Rusia, por caso), su promedio de 10 litros por persona por año lo pone, como se dijo, entre los más altos del mundo. En cuanto a América Latina, la ingesta de alcohol por cabeza supera en un 40% al promedio mundial. En el continente, el consumo de bebidas alcohólicas -especialmente la cerveza- tuvo un gran aumento, siendo Brasil y la Argentina los mayores exponentes.
Según el estudio, además, el 18,5% de las muertes en la Argentina están relacionadas con el alcohol, ya sea por accidentes de tránsito -en los que el consumo excesivo tuvo un papel preponderante- o enfermedades causadas por la bebida. El trabajo también consigna que el 59% de los argentinos prefiere el vino, el 32% la cerveza y el 7% otras bebidas de mayor graduación alcohólica, como el fernet y el whisky.
También señala que los hombres consumen el doble que las mujeres. El listado de la OMS coloca, además, al alcohol en el octavo lugar en el ranking de factores de riesgo de muerte a nivel mundial, y en el tercero de mayor importancia como riesgo de enfermedad y discapacidad, tras nacer con un bajo peso y mantener relaciones sexuales sin protección.

EN LA PLATA

Dando cuenta de la preocupante situación, un trabajo encomendado el año pasado por la Fundación Florencio Pérez al Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (basado en encuestas a un grupo representativo de 400 jóvenes de entre 15 y 25 años de La Plata, Berisso y Ensenada) reveló que ocho de cada diez jóvenes (el 82%) reconocía haber probado alcohol alguna vez, y que este porcentaje resultaba levemente mayor entre los varones que entre la mujeres y crecía a medida que aumentaba la edad.
Según este informe, la naturalización del consumo se observa también en el hecho de que casi seis de cada diez chicos (el 58%) admitió haber tomado bebidas alcohólicas en el último mes, un porcentaje que apenas bajó a cinco de cada diez entre los de menor edad. Y es que si bien la edad promedio en que los jóvenes de la Región prueban por primera vez bebidas alcohólicas es de 15 años, el estudio demostró que a los 17 la mayoría de ellos comienza a consumirlas ya en forma regular.
A nivel nacional, en tanto, otro trabajo elaborado por la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), conocido el año pasado, también había dado cuenta del agravamiento de la situación, pues detectó que la mitad de los más de 90 mil estudiantes de entre 14 y 18 años de nivel secundario consultados para esa amplia muestra nacional ya había probado alcohol y que el 63,4% de estos últimos admitió haber bebido cinco vasos en una misma noche.
“Es frecuente que lleguen al hospital de Niños de La Plata chicos de entre 10 y 19 años que toman bebidas alcohólicas esporádicamente, pero en cantidades exorbitantes”, dicen en el Ministerio de Salud. Esos adolescentes confiaron también a los investigadores de la Sedronar que cuando más bebían era durante los fines de semana, en las fiestas, los boliches y las denominadas “previas”, reuniones que habitualmente realizan los chicos en sus casas antes de las salidas nocturnas. Otro dato por demás inquietante de aquel estudio fue la baja percepción de riesgo que los estudiantes adjudicaron al consumo de alcohol: entre “leve y moderado”.
Volviendo al plano local, también vale mencionar el estudio que el Ministerio de Salud realizó el año pasado a los ingresantes de la universidad platense. En este caso, el estudio abarcó a cerca de 3.000 jóvenes ingresantes, en su mayoría de entre 17 y 18 años de edad. Cerca del 20% de los consultados reconoció tener un “consumo problemático” de alcohol. “Es frecuente que lleguen al hospital de Niños de La Plata chicos de entre 10 y 19 años que toman bebidas alcohólicas esporádicamente, por ejemplo, cada 15 días, pero en cantidades exorbitantes”, precisaron recientemente autoridades de la cartera sanitaria provincial, para quienes “existe una permisividad social y cultural”.
Según su visión, los adultos “parten de una idea errónea” al considerar que la ingesta de alcohol entre los jóvenes “es un hábito propio de la adolescencia, que no entraña consecuencias graves”. A la hora de analizar los datos arrojados por el informe de la OMS, una de las cosas que más llama la atención a los especialistas es cómo el fernet ha crecido en los últimos años y se ha incorporado a la cultura juvenil ligada al esparcimiento. Desde el área de Toxicología del Hospital de Niños de La Plata, de hecho, se confirma que la mayor parte de los adolescentes que se atienden toma fernet, una bebida a la que muchos consideran un digestivo y que, sin embargo, tiene 45 grados de alcohol, una altísima concentración que lleva a la ebriedad con poco consumo. Lo mismo, dicen, ocurre con el gin o el tequila que los adolescentes suelen mezclar con energizantes, los cuales “enmascaran los síntomas de ebriedad, lo que les permite tomar más”, aunque advirtieron que “como los efectos del energizante duran poco en el organismo, poco tiempo después de tomarlo caen abruptamente bajo los efectos del alcohol”.