El diputado Omar De Marchi presentó, junto a otros legisladores, un pedido ante la Cámara para que se lleve a juicio a Amado Boudou por distintas causas donde está sospechado. “Sin tratarlo, se evita la posibilidad de investigarlo”, indicó el mendocino.
Aunque parezca difícil que se llegue a un acuerdo, lo intentaron nuevamente. Un grupo de diputados opositores hizo el pedido formal nuevamente ante el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, para que se eleve el juicio político contra el actual presidente de la Nación en ejercicio, el marplatense Amado Boudou.
Esta mañana en la 99.9, el diputado mendocino Omar de Marchi detalló: “hemos hecho el pedido formal de juicio político hace un año, por una serie de cuestiones. Una de ellas es la participación, a esta altura indiscutida, de Boudou en la quiebra de Ciccone y su posterior adquisición por un grupo. Entendemos que se forzó toda la ingeniería jurídica pública para tapar lo que fue una escandalosa participación del actual Vicepresidente”.
El Vicepresidente es una de las personas más sospechadas de la actual gestión, pero es muy difícil llegar a profundizar la investigación. “En la inmensa mayoría de los hechos sobre los cuales hay dudas sobre el manejo de los fondos públicos, está el nombre de Boudou en el medio. La mayoría kichnerista impide el avance de la investigación. Esto no indica una culpabilidad, sino un proceso con etapas de la debida defensa que le permitiría al acusado, eventualmente, salir airoso. Aquí se evita la posibilidad de investigar”, señaló el diputado.
Según De Marchi, estas cuestiones están ligadas directamente a una forma de ver la gestión pública y que viene directamente desde Cristina Fernández: “hay una confusión permanente de lo público con lo privado. En muchas oportunidades, el uso de los bienes públicos ha sido en directo beneficio del uso privado, ni siquiera político. Existe en el ADN del kirchnerismo ese concepto del manejo de lo público bajo el concepto de que lo del Estado es suyo. Esto lo tenían ya en Santa Cruz mientras fueron gobierno”, recordó.
Además, deslizó una crítica hacia el sistema de trabajo del oficialismo, destacando que “no existen los equipos de gobierno. No hay equipos económicos, no los hay en seguridad, en salud pública; ni siquiera hay Gabinete. Esto nos lleva a la situación de hoy, donde nadie sabe quién gobierna. En un país normal, el día a día lo hacen los equipos de trabajo. Aquí, cualquiera es ministro; generalmente no son los que más mandan en el área que dirigen”. Luego, comparó esta modalidad con la de una banda musical: “estamos en presencia de una banda inconexa, dicho en el sentido literal, y que no tienen un rumbo definido. No solo es una banda, sino que además no sabe tocar”.
A pesar de ello, y regresando al tema inicial, después de la presentación, aclaró que “en el Congreso no pasó nada, como corresponde a la mayoría kichnerista. Esto será considerado, esperemos, la semana próxima. En todos los temas que se deba hablar de algo de corrupción, todos queda bajo de la alfombra”.
Pensando en un futuro electoral dentro de dos años, Omar De Marchi insistió en que “Argentina, lo único que necesita es un gobierno normal, nada extraordinario sino uno que haga que las cosas básicas funcionen. Que la salud pública cubra al que menos tiene, que la seguridad cuide al que no puede pagar una seguridad privada y que la escuela pública eduque con la misma calidad que la escuela privada, para la igualdad de condiciones. La mayoría de los candidatos presidenciables aparecen como moderados y esa es una buena señal”.