“Debería poner rejas, como si estuviera en Batán”

Osvaldo es un vecino de la ciudad que sufrió un violento robo cuando un grupo de delincuentes ingresó en su casa por un patio trasero. En declaraciones a la 99.9, explicó cómo atraparon a los criminales y recuperaron lo robado. “La policía actuó como debía ser para recapturarlos”, remarcó.

Trapitos detenidosLa inseguridad suma relatos cotidianos en Mar del Plata. Algunos terminan muy mal, otros ni siquiera después de años de procesos judiciales encuentran justicia. No es el caso de Osvaldo, un vecino de la ciudad que esta mañana brindó su testimonio en la 99.9: “fue un caso de los que tenemos todos los días. Un asalto clásico, entraron a casa por los fondos con total impunidad. Parece que generaran más violencia. Tuve suerte porque no golpearon a mi mujer, solamente a mí, pero levemente”.
Los vecinos ya no saben qué medidas tomar para sentirse un poco más seguros, pero está claro que nada parece alcanzar: “uno ya no sabe qué tiene que hacer, debería poner rejas en el patio también, para que no entren, como si estuviera en Batán. Vuelvo a repetir que tuve suerte porque un vecino escuchó los gritos y llamó al 911. La policía actuó como debía ser para recapturarlos”.
Lo llamativo es que los asaltantes no tienen reparo alguno al momento de ingresar en la vivienda, y lo hacen como si fuera algo muy común: “estos señores libremente no te dejan vivir tranquilo. Los tipos entraron a cara descubierta como si nada, tuve suerte de que no estaban drogados tampoco, estaban nerviosos pero no muy sacados”.
El final fue feliz, de todos modos, ya que Osvaldo pudo recuperar lo que le habían sustraído. Pero además, los atraparon. “Los delincuentes fueron detenidos, la policía por suerte los pudo atrapar. Recuperé todo lo que me robaron, excepto una alianza de mi mujer y algunos pesos. Actuaron como debían y pudieron recuperar todo. Tengo un vecino que tiene cámara y los filmó, los grabó mientras estaban escapando por los techos”, indicó.
La reincidencia es casi una característica común entre las personas que realizan este tipo de delitos: “estos muchachos, ya me dijo la policía que los habían ido a buscar 6 o 7 veces por distintas cosas, pero entran y salen”.
Como consuelo único, Osvaldo se alegró de no haber sufrido mayores daños, pero el miedo con el que se vive a diario no es lógico. “Gracias Dios estamos bien, mi mujer quedó un poco asustada. Yo venía de trabajar a la madrugada y tenía que hacer unos rodeos tremendos porque mi familia me asustaba también. Daba vueltas de manzana antes de entrar para ver si había alguien sospechoso. Dejé de usar el auto y me manejaba en taxi o remis. Algún día me iba a tocar, pero no creía que sería así por los techos”, dijo.
Los políticos tampoco dan respuestas. Por eso, opinó que “quizás tenemos la culpa nosotros al votarlos”. Luego, concluyó: “uno cree en la gente y se siente engañado. Algún día quiero creer en alguien, creer que pueden actuar a favor de las personas”.