“Debo dejar de trabajar por las amenazas”

La Dra. Andrea Potes, jefa de guardia en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), habló esta mañana en la 99.9 sobre las amenazas que recibió por parte de los familiares de los tres hermanos baleados días atrás. “Pedían por mí y me sentí amenazada”, dijo sobre una manifestación con quema de gomas que realizaron en la puerta del nosocomio.

Dra-Andrea-PotesLa situación de amenaza constante que sufren los trabajadores del HIGA no es novedad, pero se ha recrudecido y expuesto después del caso de los hermanos baleados. Así lo demostró con su testimonio la jefa de guardia del Hospital Interzonal, Dra. Andrea Potes, esta mañana en la 99.9.
Primeramente, recordó como se dio aquella jornada tan difícil: “cuando llegaron heridos y pidiendo ayuda, generalmente se generan gritos y corridas; pero fue una ocasión especial. Estaban las personas baleadas, doce patrulleros que los venían persiguiendo, policías de civil y policías vestidos como tales, estaban todos armados y no sabíamos quién era quién”, remarcó.
A título personal, no terminó todo allí porque los familiares decidieron emprender una ofensiva contra la propia profesional por lo que había dicho públicamente. “Al día siguiente, por declaraciones normales que doy a la prensa donde no nombro a nadie porque por reglamento no puedo nombrar pacientes, hicieron una quema de gomas, una reunión en la puerta del hospital donde había más de 50 personas. Pedían por mí y me sentí amenazada. A las personas que trataban de calmarlos, les dijeron que yo los había injuriado”, contó Potes.
La presión que han ejercido sobre una trabajadora, resultó más fuerte que la vocación de servicio: “ayer volvieron a acercarse a mí diciéndome que había cosas que realmente no dije. Tuve que ir a mi lugar de trabajo escoltada por 4 policías. Todo esto no es lindo. No me siento bien hoy teniendo que dejar de trabajar por todo esto. Terminamos con que yo hoy no puedo ir a mi trabajo”, comentó con evidente tristeza.
Es que la violencia se ha tornado un condimento más de nuestra naturaleza. Constantemente aceptamos hechos sumamente repudiables, e incluso la propia justicia minimiza estos sucesos: “hemos naturalizado tanto la violencia que ni hacemos las denuncias. Las veces que hice denuncias fue porque una persona me amenazó de muerte una hora seguida y la respuesta del juez o el fiscal fue que como no había tenido lesiones físicas no era ningún delito”. Ayer cuando quiso hacer la denuncia, recibió una respuesta similar: “me dijeron que la quema de gomas no era un delito, sino una manifestación y no me podían tomar la denuncia. De hecho no me la tomaron. Ahora iré con mi abogado a hacer una presentación judicial”, advirtió.
No es fácil tomar la decisión, pero para resguardarse ella y también las personas que la rodean, decidió dejar momentáneamente su labor: “dejo de ir a trabajar porque estoy preocupando a mis amigos y mi familia, algo que no es lógico. Por otro lado, también pongo en riesgo a mis compañeros y los pacientes que están en la guardia”.

UNA GUARDIA COLAPSADA

La Dra. Potes también se refirió a la situación que están atravesando en el HIGA por la falta de recursos, en lo que mínimamente es indispensable para cualquier nosocomio: “los últimos meses han sido complicados en la guardia porque no tenemos camas en el hospital, entonces quedan internados durante días. Tenemos 12 camas en la guardia y estamos con un nivel de internados entre 35 y 50 pacientes internados. A pesar de acelerar el alta de los pacientes lo más que podíamos o la internación domiciliaria, igual nos quedaban 40 pacientes internados en la guardia todos los días”, relató.