Destrozos y tensión política en el cortejo fúnebre de un barrabrava

Por el crimen del kirchnerista Morales, apuntan a un funcionario del intendente de Vicente López, Jorge Macri.

Todo el mundo sabía que la barrabrava de Colegiales no se iba a quedar de brazos cruzados después de que el domingo asesinaran de seis balazos, y delante de su hijo de 12 años, a Fernando “Loco Pocho” Morales López. Ya el martes a la noche, en el velorio que se realizó en el propio estadio del club de Munro, hubo claras muestras de que habría venganza.
El primer capítulo del ajuste de cuentas se vio ayer, cuando 400 hinchas desaforados del Tricolor, como parte del cortejo fúnebre, recorrieron las principales avenidas de Vicente López en autos, ciclomotores y tres colectivos, dejando en claro que la muerte de su líder no quedaría sin vendetta .

Rompieron comercios, patrulleros y agredieron a peatones y periodistas.
¿De quién se quiere vengar la barra de Colegiales? La caravana pasó por la puerta de la Municipalidad local porque los hinchas apuntan contra César Torres, secretario de Gobierno del intendente Jorge Macri. Ni Torres ni el Intendente de Vicente López quisieron hacer declaraciones.
Recibí trompadas y patadas. Me rompieron la cámara. Esos muchachos estaban totalmente sacados y descontrolados. No hubo motivo, salvo que estaba filmando. Me refugié en un patrullero. De repente, se fueron los policías, asustados, creo, del móvil. Me dejaron solo arriba del auto. Los barras me seguían pegando por la ventanilla. Me tuve que escapar por la otra puerta y salir corriendo por Maipú”, contó Tomás del Campo, camarógrafo del noticiero del canal Somos Zona Norte. La postal parecía sacada de algún cartel de Colombia o México, con la mafia enardecida despidiendo a su jefe.

¿Cómo mataron al “Pocho”?
Todo empezó con una pelea entre Morales y su por entonces íntimo amigo y lugarteniente, “El Negro” Martín Cabrera. Al parecer, Cabrera, que respondía al dirigente de Colegiales Omar “Turco” Asad (luego, echado por la Comisión Directiva) pidió manejar el buffet del club. El presidente del Tricolor, Rodrigo González, un ultrakirchnerista integrante de La Cámpora y candidato a concejal por Vicente López, admitió el pedido de “El Negro” Martín; incluso, resalta su entrañable amistad con “Pocho”, quien cargaba con un pesado prontuario relacionado con las drogas, robos y aprietes.
Es un gran pibe, amigo de muchos años y un referente en el barrio. Por eso permitimos que se lo vele en el gimnasio del club”, dijo en diálogo con Clarín. Aunque en la Fiscalía aún no relacionan el asesinato con una cuestión política, la muerte de Morales, según cuentan cerca del club, se debe a una disputa territorial. Señalan que Pocho era puntero del Frente Para la Victoria y el “Negro Martín”, del Frente Renovador. Ambos arreglaron repartirse los barrios de Munro y Carapachay para hacer pegatinas de afiches políticos sin entrar en guerra. “A raíz de la fuerte derrota que el kirchnerismo sufrió en las PASO en Vicente López, los que le pagaban al Pocho lo apretaron para que pegue afiches en todos los lugares que pueda, e invadió el territorio del Negro”, contaron ayer en el entierro del Pocho.
Ese uruguayo es un sicario que lo contrataron para matar. Hay testigos que lo vieron el sábado en la cancha para marcar al Pocho. No tengo dudas de que la Municipalidad está detrás del asunto, ya que utilizaba a esta gente como fuerza de choque y les pagaba”, acusa el presidente González.
En un escueto comunicado, la Municipalidad negó esas afirmaciones. Aseguró que no tiene “ninguna vinculación” y que “la Justicia no está investigando una disputa política sino una pelea entre facciones internas de la barra”.
Ayer, en medio de las piñas, puteadas, piedrazos y destrozos de la caravana, un barrabrava que saltaba arriba del cajón que llevaba al Pocho aseguraba conocer dónde vive Torres. Y que el capítulo siguiente era ir a ese barrio, en el bajo de Vicente López, junto al río, para cumplir con la venganza.